Capítulo 14. Gammas y betas

3.6K 431 68
                                    


Mop

Slate viene todas las noches para preguntarme por Oven, pero sé lo mismo que siempre, Oven ha desaparecido.

El resto de gammas estamos inquietos, muchos dicen que se ha escapado, es la opinión de la mayoría, y si no supiera cuanto quiere a su abuela, yo diría que también imaginaba a Oven escapándose y dejando esta vida en la manada.

Siempre lo he imaginado como un gamma independiente, viviendo su vida, incluso alguna aventura. Pero me duele que si ha sido así no se haya despedido de mí, es mi mejor amigo, y aunque sé que siempre me dice que soy imbécil, me quiere, a su modo, sí, pero me quiere.

Creo que Oven se hubiera despedido de mí también, pero prefiero pensar que se ha escapado a pensar que le ha pasado algo malo.

Me quedo por la noche porque Slate es el único que piensa que también le ha pasado algo malo, porque viene a preguntarme por él aunque sé que no tengo nada nuevo para ofrecerle.

Quizás porque así me siento un poquito menos solo.

El problema es que si me quedo hasta tarde en las cocinas, no solo es Slate el que me encuentra, también Rake.

—Vamos, no tengo tiempo. —Rake me arrastra a cualquier sitio donde pueda bajarme los pantalones y hacérmelo demasiado bruscamente.

Slate no ha venido esta noche, y yo no quiero hacerlo.

Quiero decirle que no, que no quiero hacerlo, que no le estoy esperando a él, que me da miedo y asco, que ¿por qué me odia tanto? Pero no digo nada, porque yo nunca digo nada.

Cuando me toca es brusco, casi doloroso, pero lo son más las cosas que dice, siempre son tan desagradables que acabo llorando, creo que en el fondo es eso lo que quiere.

Cuando me baja los pantalones, el pensamiento me viene es que a nadie le importaría si yo desapareciera un día.

—Déjale, no ves que no quiere. —Es Slate, que al final sí ha venido y ha tenido que estar buscándome para saber de Oven.

—Claro que le gusta, dile cuanto te gusta lo que te hago —le enfrenta Rake, pero sé que Slate es al único que respetan estos betas, y se aparta un poco de mí.

Me seco las lágrimas y me subo los pantalones.

—Tú ya tienes al otro, este es mío —se enfada Rake, pero en cuanto Slate me tiende la mano yo salgo corriendo hasta él, y eso sí que enfada a Rake.

—Quédatelo, no me importa una mierda este gamma feo y apestoso.

Cuando se va, miro a Slate, pero él parece enfadado y bajo de nuevo la vista, él no está aquí por mí.

—¿Por qué te dejas tratar así? —me pregunta.

Solo me encojo de hombros, porque sé que acabaré llorando y está claro que su concepto sobre mí ya es malo, no quiero que sea peor. Pero sí sé la respuesta a esa pregunta.

Yo no soy Oven, yo no sé ser de otra manera a como soy, yo no sé enfrentarme a un beta, ni insultarle y no obedecerle. Eso solo lo sabe hacer Oven, y por eso a Slate le gusta Oven y yo jamás le gustaré a nadie, porque nunca me van a respetar. Dudo que yo me respete a mí mismo.

Pero eso sé que a Slate no le importa.

—Gracias por pararle, no sé nada nuevo de Oven —le digo sin mirarle.

Normalmente después de eso Slate se va, pero hoy no lo hace. Y yo no sé que hacer.

—En el fondo espero que se haya largado, que deje todo esto y encuentre un sitio mejor —me confiesa Slate, y yo también lo deseo, porque lo que hay aquí es una mierda, y mañana no va a ser mejor.

—Buenas noches, Mop —se despide de mí.

—Buenas noches, Slate.

Está a punto de marcharse, pero entonces se gira.

—Si Rake vuelve a molestarme me lo dices, ¿vale?

Sé que sonrío como un estúpido, pero lo hago igual, él solo menea la cabeza, pero me recuerda un poco a Oven, y eso me hace sentir mucho mejor.




Oven

Me he escapado de la jaula de brazos del alfa, sé que me va a matar cuando se de cuenta, pero he salido corriendo porque necesito que las únicas personas a las que quiero sepan que estoy bien, o más o menos bien, que estoy vivo.

Por eso cuando veo a la abuela en la zona alfa no me lo puedo creer, arrastra un cesto y cuando me ve me riñe, pero solo ella podría hacer lo que está haciendo por mí.

Una salida, la abuela sabía que estaba en un lío con un alfa y me está dando una salida.

No sé cuál era mi idea tras decirle que estaba bien, ¿volverme corriendo a meterme en su cama y sus brazos?

Estoy a punto de tomar las ropas asquerosamente sucias, cuando le siento, mi abuela también lo hace y tiembla como una hojita, ella es dura, pero Hammer no es cualquier alfa y está enfadado.

—¿Qué crees que estás haciendo? —Su voz de mando es tan poderosa que mi pobre abuela no puede soportarla y cae al suelo, yo me interpongo entre ellos.

—Déjala, ella solo quiere ayudarme —le digo, pero su mirada es del mismo color que las pesadillas.

—No puedes irte, no puedes huir —gruñe, pero me atrae hacia él—. No es seguro.

—Solo quería decirle que estoy bien, es mi abuela.

Él la mira, y mi abuela aunque vieja y encorvada le mira de vuelta, y parece orgullosa de mí.

—Anciana, vuelve a tu barracón y guarda el secreto —gruñe como el puto alfa polla gorda que es—, hazlo si le quieres.

Ella me mira, mira las ropas, mira mi huida, y yo solo asiento y le digo que se vaya.

Pero ella me ha dado una salida, y estoy seguro que más tarde o más temprano voy a tener que tomarla. Solo tengo que convencer a Hammer para que se de cuenta de que es la mejor solución.

Ojalá pudiera despedirme de Mop o que viniera conmigo.

Solo cuando estoy de nuevo dentro de la cabaña de Hammer me doy cuenta de que en el fondo mi intención nunca fue huir, porque me sentí demasiado bien al volver a estar cubierto por su olor, por volver a sentirle besándome, y siento que él también está más tranquilo ahora.

Estamos en la mierda los dos, pero al menos es una mierda compartida.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Mi Mop, se lleva las peores partes de ser gamma.


¿Quién dice que van a empezar a ponerse las cosas complicadas?


¡Hagan apuestas!


Nos leemos.

Besos.

Sara

GammaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora