Capítulo 13. Gamma perdido

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Oven

Llevo una semana encerrado en la cabaña de Hammer, los primeros días tras el celo traté de escapar, ¿qué te has creído que soy un puto omega que espera deseoso a su alfa?

Pues no, yo de aquí me quiero ir, porque entiendo que estoy en una situación de verdad complicada.

El problema es que ya no sé dónde corro más peligro, si salgo las cosas pueden ponerse muy locas, muy locas de verdad.

Pero lo que pasa aquí dentro no tiene sentido alguno, no soy un omega, ¿es que este alfa imbécil no se da cuenta?

Se va por largas horas, como él dice ser el primero tiene muchas responsabilidades, como si a mí me importaran sus putas responsabilidades.

Me confunde con alguien a quien le importen esas cosas, a mí lo que me importa es que mi abuela y Mop deben estar desquiciados pensando que me ha pasado algo muy malo.

—Puto alfa secuestrador, quiero ir a ver a mi abuela —le digo, nada más entra por la puerta, es nuestro ¿qué tal, cariño, cómo te ha ido el día?

—Aún no. —Es siempre su respuesta.

—Pues al menos dile que estoy vivo y bien. —Esa era la segunda frase siempre.

—No puedo ir a la zona gamma como si tal cosa.

—Sí puedes, lo que pasa que no te sale de los huevos.

—Oven, no puedo. —Y así suele acabar siempre.

—Estoy harto, quiero salir de aquí.

—Si estás aquí al menos puedo protegerte.

Eso solía decírmelo después de follar, porque a ver, yo quiero irme, y le odio, y bla, bla, bla, pero también me gusta mucho hacerlo con él. ¡Qué quieres! Folla bien, y no es que tenga mucho que hacer aquí tampoco.

Siento como me abraza, como me eleva del suelo y busca mis labios. Tanto beso me tiene confundido, aunque el que creo que se está confundiendo es él, el celo del omega le ha jodido la cabeza, y por una extraña mala jugada de la Diosa este se cree que soy como su especie de omega destinado o alguna mierda de esas.

Diría que me tiene que seguir preparando cada vez que me folla, pero creo que me tiene el culo dado de sí, porque ya me entra sola, y me entra mucho. Y tiene esa cosa en la base de su polla, esa cosa gorda que le sale cuando se corre, y yo cada día estoy más loco porque quiero que me lo meta y me deje taponado.

En serio, me estoy volviendo loco.

Los días se me confunden, porque es una consecución de horas sin hacer nada y horas con un alfa follándome, y casi me cuesta trabajo saber qué era mi vida antes de esto, qué hacía yo además de olisquear el cuello de este mastodonte mientras me acaricia como si me quisiera.




Hammer

Oven dice que la Diosa nos quiere joder, que me quiere joder a mí porque a él ya le jodió al nacer.

Y cada día siento que es un poco como él dice, de momento, no he encontrado la solución a mi problema, porque solo pensar en dejarle ir me pone nervioso, de un humor horrible. Pero no, yo no lo tomo como mi omega, sé perfectamente que no lo es.

Solo quiero llegar y tenerle entre mis brazos, comprobar que sigue allí, que sigue bien, y oírle gemir y pedirme más.

Pero mientras Oven duerme contra mi pecho, me doy cuenta de que esto solo puede acabar mal.

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