Capítulo 53. Sueños

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Mop

Me despierto con un grito y cubierto de sudor, y me cuesta centrarme hasta que los labios de Slate me besan el pelo y susurran palabras de consuelo.

Todas las noches sueño con los mismo, con esos deltas destrozándonos. En mi mente aquella noche es un caos, dándoles a los alfas el remedio que Pot y la abuela nos dieron, con el corazón en la boca por ser descubiertos.

El puñal en el cuello de nuestro líder, el grito de los alfas aún débiles, y mis compañeros gammas blandiendo cualquier utensilio de cocina contra los deltas.

Yo corriendo hasta Oven tirado en el suelo con una bandeja vacía, que paró a duras penas un golpe.

Y aquel delta se convierte en Rake, con una herida abierta enorme en su vientre, con las manos llenas de sangre quiere ahogarme.

Ese es mi sueño más recurrente, uno del que los brazos de Slate me rescatan.

Rake me perseguirá toda mi vida, pero lo han sumado a los muertos por el ataque delta.

—Ya está, todo pasó —me susurra Slate.

Todo está oscuro, pero me abrazo fuerte a su pecho, desde la noche de las celebraciones, él y yo no nos hemos separado, uno de sus compañeros ha muerto, los otros dos en un acto de deferencia conmigo nos han dejado la habitación beta para nosotros.

Ahora muchos betas al pasar me saludan, otros me siguen agradeciendo, y lo mismo pasa con los alfas, algunos incluso me llaman por mi nombre.


—Te quiero —susurro, y es algo que comencé a decir de manera recurrente, cuando agotados nos reencontramos entre los restos de la batalla en el área de celebración.


Una verdad, una liberación, "te quiero" y los brazos y besos de Slate.

—Y yo te quiero a ti —me responde de nuevo él.


El sonido de su corazón me calma, me devuelve a unos sueños mucho más placenteros, tranquilos, los sueños pueden llevarme a momentos horribles. Pero cuando abro los ojos, la realidad es distinta, es una en la que siempre he querido vivir. Como si las cosas se hubieran girado tanto para que ahora mi realidad sea la que tanto soné.

Suspiro, mi sueños romántico de betas y gammas, como Oven los llamaban, se han cumplido, no sin costes, pero se han cumplido y le agradezco a la Diosa no haberse olvidado de nosotros.




Slate

El líder me ha llamado y dejo a Mop dormir un poco más, si pudiera arrancaría a ese maldito de sus pesadillas, pero solo puedo abrazarlo y decirle cuánto le quiero.

Cuando por fin lo encontré en medio del caos de cuerpos, de comida, sangre y vómitos estaba magullado pero entero, con una bandeja casi más grande que él mismo aporreando a un delta que trataba de atacar a un alfa aún débil.

Sin mucha idea de qué hacer mientras las alfas iban a por refuerzos hice lo único que me pareció adecuado, recopilar herramientas que pudiéramos usar como armas, martillos, picos y palas que cargué hasta las sombras cercanas al área de celebración.

Mi pala estaba llena de sangre, no sería un arma letal, pero me había salvado la vida esa noche.

Entré con los alfas que habían llegado del exterior, no eran tantos como yo hubiera deseado pero me uní a ellos atacando a cuanto delta trataba de escapar del círculo de horror que ellos habían creado.

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