Capítulo 33. Pareja

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Axe

Deambulo por las calles, la manada, mi manada, el lugar donde he nacido, he crecido y me ha hecho ser lo que soy.

Secretamente me estoy despidiendo, voy a marcharme, voy a volver a la frontera y no voy a volver aquí, aunque todo en mí me diga que soy de Dagger, soy su alfa y lo que él diga es la ley, no voy a quedarme.

No puedo, sencillamente no puedo. Mis cosas siguen empacadas como desde el día en que llegué.

Creo que ha sido el olor, la alarma que he sentido al notar la tensión, podría reconocerla en cualquier lugar.

Hammer está en apuros, y corro hasta él.

Pero cuál es mi sorpresa cuando no es una amenaza con la que me encuentro, sino una escena completamente diferente.

Por un momento no puedo comprender qué está pasando, aunque es fácil entender que me encuentro ante una escena sexual.

¿Qué tiene Hammer entre sus brazos? ¿Qué es esa criatura?

Casi no puedo verlo, pero hubiera jurado que es un omega.

Hammer lo oculta detrás de él, pero he podido verlo mejor, no es ningún omega, es un gamma. Un gamma.

Y por lo que he visto, no es cualquier gamma, es un gamma por el que Hammer estaría dispuesto a atacar, incluso a mí.

Levanto mis manos en señal de paz, no soy una amenaza, no yo.

Miro a mi amigo, miro a mi Primero, él siempre ha sido mi referente, mi ejemplo, y él oculta un secreto casi tan grande como el mío.

Me reiría si no supiera que Hammer podría matarme si lo hago, ¿quién demonios es esta criatura capaz de transformar de este modo a Hammer?

Y entonces recuerdo a Honey, y como las cosas van a complicarse, van a complicarse mucho.

Me retiro porque sé que la cuerda de Hammer está a punto de romperse, porque sé que en realidad no quiere atacarme, porque es mi amigo, y solo quiere proteger a su ... su gamma, santa Diosa, ¿es que todos estamos malditos?

Me dirijo a mi zona, a mi cabaña, pero entonces Hammer aparece con ese gamma entre sus brazos, quiero detenerle, quiero protegerle, pero todos le están mirando, noto la sorpresa, siento la tensión, siento la amenaza.

Hammer desaparece dentro de su cabaña, exhumando peligro y necesidad.

Miro a los pocos alfas que lo han visto todo, veo sus caras, huelo su olor, y me coloco delante de la puerta de Hammer, toco mis armas bien afiladas y protegidas en sus fundas.

Hago guardia delante de su puerta y el mensaje es claro, si vienes te mataré, y el mensaje se extiende, los alfas de más bajo nivel se retiran, pero sé que solo es cuestión de tiempo que el rumor se difunda, y entonces, yo solo no podré con todos.



Hammer

No tengo suficiente de Oven, ni labios para besarle, su cuerpo es pequeño pero necesito besarlo, lamerlo, hacerlo mío.

Oven gime debajo de mí, agarrándome por donde puede, noto sus dientes en mi piel y no quiero que pare.

—Eres mío —gimo con uno de sus bocados—. No voy a renunciar a ti.

Él frota su pene duro contra el mío, no hacen falta palabras, no hace ni 48 horas en las que lo tenía anudado, y ambos sabemos que lo voy a volver a hacer.

GammaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora