¿Cómo nos convertimos en extraños?

46. Finale

Cinco años después

Era inicios de la primavera; Semana Santa para ser exactos y hacia calor no demasiado pero se sentía tanto que una vez dentro de cualquier tienda deseabas quedarte ahí y ni que decir de cuando uno pasa cerca de los productos refrigerados; era un paraíso pero Jolene no se dirigía a ese pasillo sino al de pastas, tenía planeado hacer una pasta Alfredo y quedarse el resto del día en casa, había llevado algo de vino para ella y Rory, algo helado para los niños pero aún no encontraba la pasta que ella buscaba, así que giro a la izquierda pero un hombre le estorbaba la vista para apreciar mejor los productos ya que de igual manera buscaba alguna pasta se molestó un poco debido a que el hombre parecía indeciso y no tenía intención de irse pronto pero el ceño fruncido fue desapareciendo poco a poco cuando noto que la complexión de ese hombre se le hacia familiar, alto cabello castaño y una piel acaramelada, vestido de camisa y short veraniego color caqui algo muy clásico de aquel hombre, si giraba un poco a su perfil tenía rasgos de un viejo amigo en especial esa barba que solía dejarse durante sus últimos años de amistad, así que aún con temor de equivocarse se arriesgó — ¿Lewis? — preguntó al hombre.

El castaño elevó la vista y giro hacia la voz que lo llamaba, abrió los ojos cuando vio de quien se trataba — ¡Jolene! — Exclamó en cuanto la vio dejó las pastas en su carrito a pesar que no las compraría y se acercó para darle un cálido abrazo el cual fue correspondido — ¿cómo estás? ¿Cuánto ha pasado? ¿10 años desde la última vez que te vi? — preguntó después de separarse.

Asintió con la cabeza — Si eso creo.

– ¡Wow Lene! — comentó aún impactado pues no creyó que después de aquella charla volvería a ver a su amiga ni siquiera sabía si estaba bien que aún se siguieran hablando pero en ese momento se dio cuenta que a ninguno le importó lo que se habían dicho hace años, eran extraños ahora pero tenía recuerdos en común — ¿Que ha sido de ti?

La mujer esbozó una gran sonrisa aún estaba consciente de lo que se dijo aquella noche más ahora había encontrado a un viejo amigo y aunque las palabras fueron muy honestas ese día justo en ese preciso momento quería saber que había sido de su amigo por lo que decidió responder su pregunta —Me case — le mostró el anillo — Había mucho más que decir pero fue lo primero que le pasó a la castaña además que buscaba romper cualquier lazo de sentimiento que aún existiera en el hombre.

— Maravilloso — Sonrió Lewis. — Me alegra que las cosas vayan bien.

—Gracias, de hecho lo conoces.

— ¿Enserio? ¿quien es?

—Rory — dijo con la mirada baja pues sabía que vendría a continuación  — y también soy mamá — pasó un mechón detrás de su oreja.

El hombre comenzó a reírse que algunas personas que estaban en el pasillo lo miraron con incomodidad — Debes estar jugando conmigo — dijo Lewis y la castaña no hizo ningún movimiento — después de burlarte y hacer un pacto, ¿ahora eres su esposa?

— No recuerdo mucho del pacto, Joe lo mencionó.

—Tampoco recuerdo mucho pero lo poco que alberga en mis memorias es fiesta de la fraternidad si fue justo ahi, creo que fue la parte de los juegos donde alguien inició decir algo que nunca harías y tú dijiste jamás casarme con Rory después nos miraste a Joe y a mi e hicimos el pacto los tres claramente todos sabíamos que los cumpliríamos. — alzó la ceja el hombre cuando finalizó de hablar.

— Dices que no lo recuerdas pero das muchos detalles.

—  Honestamente solo recuerdo el pacto lo demás me lo acabo de inventar —Dijo Lewis con su característico humor y la castaña rio porque supo que no sabría si su amigo decía la verdad o no — ¿como paso? — preguntó intrigado el castaño pero no podía culparlo no había nada de sentimientos solo quería saber cómo alguien que dijo que nunca se casaría Rory termino casada con ese hombre.