Capitulo treinta y uno | Nombre

4.6K 489 107
                                    


Capitulo treinta y uno.



Cassandra



19 de abril, 2017.



—Quieta—escucho la orden de Demitrius.


—Disculpa por querer rascarme—bufo con molestia fingida.


—Disculpas aceptadas, pero no te muevas—vuelve a pedir.


Quiero reír libremente, pero me contengo, en cambio me fijo en como pasa una y otra vez el pequeño pincel por mis uñas, dejándolas en un suave celeste. Lo hacía lentamente y no se salía a los lados.


Solo debo alzar un poco la mirada para encontrar con Alessio y sus ojos pegados a la portátil que lleva y trae por toda la casa, debía ser difícil para el estar siempre en un mismo lugar, aquí en Italia. Que viajar contantemente entre sus negocios como solía hacerlo.


Sin embargo, me estaba gustando, me gustaba verlo reír con Demitrius, compartir las comidas con nosotros, escucharlo hablar, verlo vigilar mi descanso, ayudarme con una que otra cosa, tenerlo cerca. Alessio estaba desestabilizando una parte de mí y no sabía que pensar al respecto.


—Deja de verlo—escucho el susurro en griego de mi hermano y lo encuentro viéndome con diversión.


—¿Por qué siempre me dices eso? —pregunto imitándolo.


—Porque te quedas viéndolo como idiota—me sonríe antes de soplar un poco mis uñas—. Nunca te había visto ver a alguien así.


No le respondo, pero tampoco vuelvo a ver al hombre a unos metros. Demitrius era la única persona que me conocía verdaderamente, quien sabia quién era en verdad. Y viceversa, solo yo había visto a este hombre que tenía en frente de mí, libre de ataduras y reglas, aún era un joven con mucho por vivir, alegre, divertido y sin inhibiciones en su vida.


Hasta había podido ver como Alessio seguía sorprendiéndose de este Demitrius que solo se dejaba ver en secreto. La verdad que nadie aparte de nosotros, había tenido la oportunidad de ver al verdadero hombre que hay en él.


Salgo de mis propios pensamientos cuando el conocido sonido del móvil de Alessio irrumpe nuestro silencio, lo veo mirar la pantalla antes de abandonar la cocina solo pasan segundos cuando escucho la puerta al patio, así que sería de esas llamadas largas.


—La tensión entre ustedes ya es muy notoria—veo la sonrisa de mi hermano—. Intento no hacerlo notar, pero lo hacen difícil.


—No hay nada—niego—. Solo nos llevamos bien. Es por él bebe.



—Ni un hombre hace todo lo que hace Alessio solo por un bebe—lo miro en silencio—. El hombre está viviendo aquí, te compro un puto castillo en su país natal, te está dejando hacer lo que quieras y encima, anda detrás de ti muerto de preocupación, si puede ser por él bebe, pero también es por ti Cass.

Quiero Negociar |DS#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora