Quiero Negociar |DS#2|

Capitulo veinticuatro | Visita

Capitulo veinticuatro.

Alessio

03 de marzo, 2017.

Mis pasos siguen a los de Cassandra, a través de mis lentes oscuras puedo ver como en cada vidriera sus manos tocan levemente el vidrio mientras se maravilla por lo que ve.

Veo como muchas de las personas que van y vienen por todo el centro, le dan una que otra mirada, no había nada que hacer ella siempre llamaría la atención, aun cuando estaba vestida "casual" los ojos ajenos la seguían a ella y su escultural cuerpo, era una mujer que más de uno volvería a voltear a ver.

Aunque no hay una verdadera razón por la cual estábamos en completo silencio mientras lo único que hacia era seguir sus pasos y detenerme a ver lo que ella veía, no podía quejarme, la imagen que daba su parte trasera era lo suficientemente interesante para mí.

O al menos de eso intentaba convencerme mientras mis ojos no dejaban de verla por completo. Nunca pensé que estaría poniendo mis ojos una y otra vez en una mujer, en la misma mujer y exactamente en Cassandra. Eso solo me hacia recordar a mi hermano, quien nunca dejaba de correr a vigilar a su mujer.

Dio.

—¿No te gusta nada? —pregunto cansándome de solo ver vidrieras.

—Es todo muy bonito, pero no hay nada que ya no tenga—la veo encogerse de hombros—. Además, algunas cosas están por encima de lo que valen.

Guardo silencio mientras volvemos a retomar la caminata, lo cierto es que cuando la invite a venir al centro comercial, no me hubiera imaginado en esto. Una parte de mi se hubiera sentido mejor si ella tan solo hubiera comprado miles de cosas, gastando mas de lo normal y tuviera esa actitud de despreocupación que siempre la acompañaba.

En cambio, lo único que tenía era una Cassandra pensativa, callada y hasta ida. En cualquier otra situación no me hubiera interesado tanto en como expresa su animo o algo relacionado. Pero sabía que en parte su silencio era mi culpa.

Demonios.

Me sentía como el verdadero culpable de que ella solo este en su habitación aun cuando mi madre se había recluido en la suya desde que llegamos, me sentía como un maldito bastardo por no haber evitado que mi madre llegara a ella de una manera tan cruda. Era culpable, lo cierto es que me había confiado sobre ella, Cassandra era una experta contra los ataques continuos a su persona, por eso estaba confiado. Pero no, mi madre tuvo que meterse con nuestro hijo, el ser que Cassandra nunca pensó tener y por el cual esta sufriendo continuos tratamientos, ella lo estaba dando todo y lo ultimo que hubiera esperado de mi madre, es que atacara este tema.

Ya había sufrido suficientes desplantes con su familia, para ahora tener que lidiar con esto, no me gustaba. Ella estaba pisando el mismo terreno desconocido que yo, estábamos varados en un tema que nunca considere y lo único que ella está recibiendo eran desplantes.

—¿Quieres que nos sentemos a descansar? —pregunto cuando pasamos en frente de una gran cafetería con mesas afuera.

Quiero bufar cuando asiente y se sienta en la mas lejana a la gente, esperaba que su silencio no fuera siempre, no estaba acostumbrado a esto, incluso Danae me decía las mil verdades en la cara, pero esto, nunca me había pasado.

La escucho en silencio mientras pide una rara bebida caliente baja en calorías, aunque estaba embarazada aun notaba un par de cuidados en su alimentación que seguía, debía hablar con su doctora de esto. La mesera se va una vez que obtiene nuestros pedidos, logro ver los bonitos ojos de Cassandra una vez que retira sus gafas de sol.