Capitulo treinta | Lugar

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Capitulo treinta.


Alessio


01 de abril, 2017.



—¿Así será siempre? —sigo con mi vista fija en la copa en mi mano, el liquido dorado en ella no me llama en absoluto—. ¿La dejaras sola siempre?

 
—Siempre estuvo sola Danae—contesto a mi acompañante mientras busco el motivo de sus palabras—. Y es muy capaz de andar sola.


 
—Ahora es diferente, lleva un hijo tuyo—observo a Cass riendo delicadamente alrededor del grupo de mujeres—. Cassandra no tenia buena reputación, no critico ni mucho menos, solo digo que hasta donde creí, querrías cambiar esa imagen de ella, querías darle más.


—¿No lo estoy haciendo? —pregunto y volteo a ver a mi cuñada—. Estoy con ella, el mundo sabe eso, todos lo saben. Hoy vino de mi brazo, todos lo ven.


—¿Es eso lo que le darás? ¿El respaldo de tu imagen y apellido?


—¿Qué más debería darle? —arqueo una de mis cejas mirándola.


—Ustedes, los hombres, se creen que van mil metros antes de una, pero la verdad es que, cuando tu recorriste mil, yo hice diez más—miro en silencio la sonrisa de Danae—. Quieres ayudarla, sin embargo, algo te está frenando, ¿Qué es, Alessio?


Guardo silencio a su pregunta y solo recibo esa mirada, esa mirada que le suele dar a Valentino cuando hace algo y ella sabe perfectamente lo que fue.


Esto de la familia a veces no era tan bueno...


—Deberías ir con tu esposo, no le agradan estos eventos—le señalo.


—Se que no lo hace—la veo encoger hombros—. Pero ustedes deben entender, son figuras públicas, estos eventos son necesarios. Además, cuando lleguemos a casa, le daré su premio por venir.


La suave risa que suelta mientras camina en dirección a Alessandro no evita el escalofrío en solo pensar en que tipo de premio tendrán en común esos dos.


Debía admitir que aun cuando había pasado poco tiempo, aun teniendo a Valentino con ellos, Danae y Alessandro no perdían esa chisma y carisma de pareja, deseaba que así fuera siempre.


Camino por los bordes del salón buscando nuevamente a mi acompañante, como las gacelas, Cassandra se movía con rapidez y elegancia entre toda esta gente, nunca se quedaba lo suficiente en un lugar para ser atacada, era lo suficiente lista para mostrarse, alardear y abandonarlos.


Me agradaba.


Logro encontrarla detrás de un grupo de hombres ruidosos, desde donde estoy sé que no está sola, pero no veo a sus acompañantes. Busco la forma de acercarme sin que me noten tan rápidamente.

Quiero Negociar |DS#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora