Capitulo treinta y cuatro | Razón

3.8K 488 31
                                    




Capitulo treinta y cuatro.



Alessio



11 de mayo, 2017.



Observo en silencio las hebras claras que vuelan con el viento, los ojos grises de Cassandra me ven curiosos. Me gusta el hecho de que puedo notar como sus mejillas poco a poco se van redondeando, al igual que su vientre. El ligero vestido que trae cae con gracia sobre la redondez de su abdomen, haciéndola ver aún más embarazada de lo que esta.



—Creí que mi madre deliraba cuando dijo que estabas aquí—agrego vagamente sin saber que mas decir.



Una de sus comisuras se eleva mientras me mira.



—Muchos deliran últimamente.



Ignoro la intención de su comentario marido a otro lado, hacia años no caminaba por estos jardines. Normalmente venir a casa de mi madre, es estar con ella dentro de la casa.



—¿Por qué estas aquí?



Mi pregunta brota de mi antes de que verdaderamente la piense con razón. Ella baja su mirada un poco y quiero golpearme, había sido un maldito imbécil con Cass, nunca podría remediar eso. Sin embargo, no negaba que una parte de mi se alegraba verla, se alegraba de no tener que conformarse con un simple recuerdo de todos los días que pasamos juntos.



Solo...



—No vine a arrastrarme por ti—me sorprenden sus palabras al igual que la pose altiva que imita levantando su barbilla—. Soy capaz de admitirte que duele, duele que me hayas rechazado. Pero un corazón roto no permanece doliendo siempre, algún día se recuperará y no quiero guardarte odio o rencor ese día—la veo pensar sus palabras—. Tu lo dijiste, tendremos una hija y no quiero que crezca en algo que fallo. No quiero que ella ronde entre un rencor acumulado. Así que vine a pedirte una razón, la razón. Aquella que no arreglara mi corazón, pero si evitara que siga el camino para odiarte—me sorprende la seriedad con la que habla—. Una razón para entenderte, entender porque no quisiste intentarlo conmigo.



Repaso sus palabras tantas veces como me he posible recordarlas mientras intento buscar el mejor camino a seguir, la verdad no tendría que darle una explicación o un porque, pero se lo debía. Demitrius bien lo había dicho, la había enamorado y estaba muy consciente de eso al momento de hacerlo.



—Camina conmigo—pido—. Te mostrare el lugar.



Aunque no dice nada al respecto, noto la seriedad y tristeza que sus ojos emanan. Me permito extralimitarme dejándome acercarme a ella y posando una de mis manos en su espalda. Ignoro el hecho de como su cuerpo se estremece bajo mi toque, mientras la incito a caminar.



Caminamos por varios minutos y el silencio que nos acompaña a alejarnos de la casa, es relajante. Me gusta sentir la calidez del cuerpo de Cassandra contra el mío. Una sensación como la que ella le daba a mi persona, nunca podría ser remplazada.



—Crecí felizmente rodeado de hermanos—murmuro deteniéndonos en una de las fuentes de agua, la ayudo a tomar asiento antes de imitarla—. Todos hombres, nos llevábamos pocos años, así que no tuvimos problemas y mi madre le agarro la mano a los niños—sonrió—. Mi hermana Geovanna fue la sorpresa y golpe para la familia, fue concebida mucho tiempo después que nosotros y era una niña. Aunque creo que al principio fue algo chocante para mi madre, hubo un momento en que amo tener un bebe para ella a tal edad. Se centro mucho en la educación de mi hermana, iba detrás de ella siempre que podía—recuerdo—. Cuando nosotros tuvimos la edad suficiente para manejarnos, mis padres tenían problemas, los años estresaron a mi madre y cada vez estaba mas inestable. Así que ese año, ellos contrataron una niñera, para poder tener mas tiempo como pareja, Geovanna era una cría y Aurellio no había cumplido su mayoría de edad.


Quiero Negociar |DS#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora