Capitulo veintiséis | Lagrimas

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Capitulo veintiséis.


Alessio


15 de marzo, 2017.


—Ya sabes no debe ser muy difícil decir: vuelve a tu casa, a tu país, a tu isla, a lo que sea.

 
—Es difícil—respondo agitado—. Creo que tiene mucha precaución con ese hombre, le teme.

—¿Temerle a su propio padre? ¿Y eso porque sería?

—No lo sé, pero estoy seguro de eso—detengo la caminadora cuando ya pasé la hora—. Lo averiguare, mientras tenerlo cerca no es bueno—agrego tomando el móvil en mis manos.

—Te interesas mucho por ella...

—Es la mujer que me dará un hijo.

—Y te gusta.

—¿Qué? No—niego—. Quiero que este bien. No debe estresarse mucho. Y no es tan irritante compañía.

—No puedes negar que la mujer te atrae, no te condeno, es muy bonita—bufo—. Además, estuviste detrás de ella antes del embarazo, así que te gusta.

—No...

—Y según todas las noticias que recorren el mundo—me irrumpe—. Hacen una perfecta pareja de enamorados. Si quisieras tenerla desestresada la hubieras mandado a otro lugar con cualquier excusa, en cambio te paseas con ella por toda Italia, cuando ambos sabemos cómo odias el público.

—¿Ahora ves esas tontas noticias hermanito?

—No lo niego, es interesante ver todas las conjeturas que hacen de ustedes dos, y más ahora que Bastián esta con ustedes. Dicen que habrá boda—me cuenta Aurellio, mientras tomo una de las toallas del gimnasio de casa.

—Inventos—seco mi sudor y voy saliendo.

—Que desilusión—masculla—. No puedo creer que hice todo el viaje para nada.

—¿Viaje? —no tengo que terminar de preguntar para encontrarme con el cuerpo de mi hermano en pleno pasillo.


Aurellio me da una gran sonrisa antes de cortar la llamada y guardar su móvil.

—Vine dispuesto a ser tu padrino en tu supuesta boda secreta y me dices que son inventos, que contratiempo.

No le doy tiempo a reaccionar y sonrió cuando mi lanzamiento tiene éxito, y mi toalla sudada cae contra el rostro de mi hermanito. Veo su exagerada reacción mientras la deja caer y se aparta removiéndose.

—¿Así me tratas? Esto es abuso—me señala.

Suspiro audiblemente antes de empezar a caminar, oigo sus pasos siguiéndome por los pasillos.

—¿Qué haces aquí? —pregunto—. Creí que estabas recorriendo algunas islas caribeñas.

—Lo estaba—admite—. Pero quería venir a visitarlos.

—¿Qué parte de que huimos constantemente de mamma y Bastián para no tener problemas, no entendiste? —volteo a verlo—. Tenemos suficiente con esos dos.

—Te estas comportando como un cobarde—detengo mis pasos al escucharlo—. Mamma sabe que no puedes irte si Bastián está de visita aquí, por lo tanto, no dejara que su huésped se vaya, estarás aquí por mucho tiempo si no haces algo—se encoge de hombros.

Quiero Negociar |DS#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora