Capitulo cuarenta y ocho | Hermano

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Capitulo cuarenta y nueve.



Alessio


26 de julio, 2017.



Mi mirada recae constantemente en mi móvil, la pantalla se apaga y se prende a cada notificación que llega, sin embargo, ninguna de ellas era la que esperaba. La sala de junta estaba repleta de personas, mis socios acompañados de sus asistentes y colegas, mis hermanos en algunos puntos lejanos a mí me dan miradas cada dos por tres mientras al igual que yo, intentan prestar atención a nuestro nuevo proyecto.

En algún punto todo deja de tener relevancia cuando la conversación empieza a irse por las ramas. Había momentos en que veía a mi alrededor personas que sólo se llenaban la boca con palabrería innecesaria creyendo que de esa forma podrían despistar sobre esos pequeños detalles que a plena vista no se notaban, pero para alguien que vivía de esto, saltaban que estaban mal.

Steve Queen nos sonreía desde al lado de la pantalla de presentación, a unos metros de distancia su progenitor Mark Queen parecía completamente satisfecho del debut de su hijo y posible heredero a su imperio en la empresa donde compartíamos acciones. No ponía en duda a ninguno de los dos, puesto que era el primer desliz que notaba, pero debería tener más cuidado con todo esto...

—Entonces, ¿Esa es la inversión total que tendremos que mandar? —La pregunta de Aurelio llama mi atención, mi hermano lo ve fijo y hasta aburrido mientras hace girar una y otra vez su silla de izquierda a derecha, sin dejar de verlo.

—Así es, más las tasas e impuestos correspondientes. No lo agregué aquí porque supuse que se darían cuenta.

—Ya veo—Aurelio sonríe dejando de moverse—. Aunque tus cálculos y estadísticas están fallidas. Desde el inicio no solo nos estás pidiendo un doble de inversión, sino que en la diapositiva nueve incluiste las tasas e impuestos al monto, solo que no las sumaste al precio final, sino al inicial, algo que fracasó porque supongo—Enfatiza la palabra—. Te equivocaste al sumar y terminaste agregando varios ceros sin sentido.

Un silencio ensordecedor sigue sus palabras todos los accionistas miran fijamente a mi hermano antes de voltear a ver a Steve. El pelirrubio mira su tableta una y otra vez sin entender.

—Además, agregaste datos de exportación a lugares que no hemos elegido y donde no trabajaremos. Desde hace décadas está empresa no trabaja con Rusia, así que considerando que la tomaste como la mejor capitalización, creo que andas un poco perdido aquí—Alessandro mira fijamente al chico de tal modo que hasta a mi me incomodaría.

Steve Queen parece querer que la tierra lo trague mientras su padre no deja de removerme volviendo a ver las diapositivas en su tableta personal. Había veces en que la familia te podía poner ciego en cosas tan específicas.

Ignoro todo lo demás de la reunión mientras vuelvo a centrar mi atención a mi móvil, no es que no confiara en Danae para cuidar a Cassandra, pero los últimos días y semanas habían sido difíciles, demasiado para la poca cordura que aún me quedaba. El embarazo nos estaba pasando la factura que durante los primeros meses no habían cobrado y era frustrante, ningún profesional, ningún precio, ningún lugar era suficiente, nada más que la mera suerte y fe.

Suerte y fe, quiero reír mientras veo como todos empiezan a abandonar la sala, asiento en saludo a cada uno. Podía hacer lo que quisiera, obtener cualquier deseo, tener y cambiar cualquier cosa, y sin embargo no podía solo hacer que Cass tuviera una salud impecable que la llevara a tener el embarazo que toda mujer soñaba y quería. Un recuerdo bonito.

—Hoy Alessio estuvo en las nubes, ni siquiera dijo un comentario con todo el discurso del chico Queen—Me sorprende parpadear y ver a Aurellio inclinado sobre mí.

—No tenía nada para agregar, ustedes se encargaron—Digo sin muchas ganas.

—¿Estas así porque no fuiste invitado a la fiesta de Danae? —La pregunta de Aurellio esta teñida de falsa tristeza—. Te entiendo, le roge que me dejara quedarme, al menos en compañía de Valentino, pero literalmente me echo.

—No fue así—Señala Alessandro.

—Hizo mi maleta para que venga aquí a estar con ustedes— Bufa—. Hasta me preguntó cuántos pares de calcetines quería para dos días, en qué parte de todo eso no me echo de tu casa.

—En la parte donde dijo exactamente, "nos vemos en dos días Aurellio".

Sonrió divertido por el intercambio y la expresión de fingida indignación de mi hermano, aun cuando de los tres Aurellio era el más pequeño, nunca se notaba realmente salvo en su comportamiento divertido y audaz que nunca había dejado de estar. Sigo el recorrido de mi hermano que se deja caer en la silla continua a la mía.

—Pero, más allá de eso, tengo noticias para ti Alessio.

Tiene mi atención enseguida, escucho a Alessandro tomar asiento cerca. Aurellio nos sonríe mientras toma su móvil y busca algo en él.

—Bastián Spyrou está buscando alianza con Pyotr Volkov. Desde que Demitrius desapareció toda nuestra unión fue en bancarrota, claramente con pérdidas para él. Así que se habrá dado cuenta que no obtendría el éxito que esperaba tener a nuestra costa. Las malas jugadas que Alessandro esta poniendo en su camino, lo tienen algo nervioso al parecer, últimamente tiene más perdidas que ganancias.

—El ruso no juega limpio, todos saben que está bajo la mira de la ley. No confía en cualquiera, así que probará que tan leal será el griego—agrega Alessandro dejándose caer en el respaldar de su silla.

—Ya lo hizo—Apunta Aurellio—. Hace dos días hizo una gran inversión de su cuenta privada a un fondo que para el ojo público va a parar a una fundación. Pero realmente todo se está moviendo al exterior.

—¿De cuánto estamos hablando? —Pregunto.

La cifra es exageradamente exorbitante, un mal movimiento puesto que nadie que mueva esa cantidad de dinero en una sola transacción pasaría desapercibido por los ojos legales.

—Probablemente ni si quiera debamos mover nada, lo investigaran por si solos.

—Aunque nunca esta demás prevenir—señala Aurellio.

—Se está hundiendo—murmuro relajándome, Aless asiente y Aurellio sonríe.

Demitrius era quien en los últimos años había tomado el lugar de Bastián en los negocios, el señor en si no había vuelvo a meterse en el mercado mientras solo se llenaba sus bolsillos con todo el dinero que hacia su hijo. Y con Cassandra, aun, aunque había tenido una reñida discusión de por medio, había logrado que me diera uno que otro nombre importante, mi mujer estaba enojada y triste, lo suficiente como para querer hacer sangrar monetariamente a su padre.

Sin su hija para usar de intercambio y sin quien diera la cara en los negocios, el griego no era capaz de confiar en nadie mas que no fuera capaz de controlar al cien por ciento, así que había vuelto. Solo para encontrarse con pérdidas, nuestro negocio había caducado la misma noche en que Demitrius vino a despedirse. Por clausulas establecidas solo el podía llevar a cabo dicho contrato y como el no estaba, se rompía con devolución total de todas nuestras inversiones.

En días como hoy agradecía mucho que mi familia fuera en diferentes direcciones del mercado, Alessandro había detenido cualquier movimiento en la bolsa de comercio, Aurellio tenia en su mano toda propuesta que Bastián había mandando para formar a cualquier socio en común. Cada paso que daba, retrocedía tres más.

—Lo estamos acorralando—comenta Aurellio.

—¿Sera bueno? Un animal acorralado se desespera—Alessandro mira sin interés su reloj—. La desesperación lleva a tomar caminos pocos recomendables.

—El azar de esto, es divertido—miro a Aurellio estirarse en su silla—. Atacara. Aunque no se decir a quien, Cassandra...

—No puede tocarla—puntúa Alessandro interrumpiéndolo, sonrió notando el noto que había usado.

—Alessio...

—Cubrí mis espaldas—agrego negando.

—Demitrius sale de la ecuación. Así que solo queda sacar la armería pesada para llegar a la primera opción.

—Es riesgoso—admito—. Pero es lo que quiero lograr—tengo la atención de mis hermanos mientras tomo nuevamente mi móvil—. He logrado romper cada uno de sus hilos sobre Cassandra, Demitrius hizo el trabajo sobre él, pero aún queda uno pendiente. La única debilidad que tiene de ella.

—¿Crees que traerá a la mujer cuando se vea sin ninguna otra salida? —escucho a Alessandro.

—Leonor es lo único que aún tiene en sus manos. La única forma de manipular a sus hijos, la uso durante años y aunque ahora vea que aun así le han dado la espalda, sabe que ellos aman a su abuela. Dudo que la traiga.

—¿Entonces?

—Entonces espero que haga movimiento, he logrado intervenir muchas líneas de comunicación que tiene, una sola llamada, mensaje o lo que sea, algo que me diga donde esta.

Ninguno de ellos dice aluna palabra, pero tampoco las esperaba, era algo riesgoso que estaba haciendo por mi cuenta. En ningún momento hundir a Bastián había sido algo que Cassandra me hubiera pedido.

—Hasta entonces seguiremos jugando con el—agrega resinado Aurellio.

* * *

Quiero Negociar |DS#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora