Quiero Negociar |DS#2|

Capitulo diecisiete | Ilusión

Capitulo diecisiete.

Cassandra

18 de enero, 2017.

Aun cuando apenas voy recobrando del todo la conciencia, lo primero que hago es tomar mi móvil, era frustrante no tener noticias de Demitrius y ya me estaba poniendo ansiosa de tanto silencio. Solo veo mis notificaciones antes de resignarme, poco a poco mi cuerpo empieza a hacerme sentir todo lo que la anestesia debía apaciguar.

Era el segundo tratamiento que recibía, lo cierto es que según las palabras de la doctora a medida que avanzaba serian más invasivo para mi cuerpo. Los primeros meses no serían mucho más que aplicar en mi cuerpo o más específico en toda la parte donde él bebe se desarrollaría, los componentes necesarios para que pueda crecer como debe sin complicaciones. El plan inicial era avanzar nutriendo mi cuerpo y al bebe, hasta lograr un "ambiente" adecuado para que pase los siguientes meses bien.

Claro que ese plan solo era hasta que alguna complicación o situación nos hiciera empezar con otra planeación. La verdad hasta ahora, mas que el leve dolor ahí abajo por un día y la incomodidad que producía, nada más me importunaba.

No pienso en cuando tiempo pasa, hasta que presiono el botón del intercomunicador. Seguramente esta noche o mañana me darían el alta parar irme, recalcándome que debería cuidar mis comidas, mis actividades y tener una buena higiene en ciertas zonas donde tenía pequeñas heridas a causa de la intervención.

—Al fin despiertas Cass—es el saludo que me da Julia apenas entra—. Pensé que debería venir a zamarrearte un poco para que lo hagas—sonrió mientras la veo acercarse—. ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien—mi voz raspa un poco—. Nada de que preocuparse.

—Esa es una buena señal—la veo sonreír antes de que empiece a controlar mis signos y los del bebe—. Todo en orden cariño.

—Podría irme a casa hoy—comento intentando convencerla.

—Te dejare por esta noche—niega—. Pero ya que te veo muy despierta, pasare a comentarte, que tienes visitas—frunzo mi ceño—. Un hombre que mientras tu dormías plácidamente, hizo mi trabajo muy complicado.

—¿Ya se enteró? —suspiro recontándome, más bien queriendo perderme en la cama.

—Exactamente una hora después de que entraste a intervención.

—¿Y hablaste con él? —pregunto.

—Es un hombre que casi hizo que me despidieran, si no daba tu informe. Lo cierto es que no cedi, hasta que básicamente me saco la factura de todo en cara, así que no pude hacer mucho, la administración me llamo personalmente para que le dé el acceso.

—Vaya, es rápido.

—Suerte con él Cass.