Capitulo dieciséis | Gastos

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Capitulo dieciséis.


Alessio


01 de enero, 2016.


Remuevo la copa que sostengo y el vino dentro de ella se balancea a mi ritmo. De fondo la fría noche estrellada ilumina lo poco que puede todo el gran jardín de la casa familiar.


Hubo un tiempo en que la gran cada D'angelo había albergado a tantas personas como era posible, mi padre como italiano de costumbres arraigadas, siempre busco que su familia sea enorme, tuvo cuatro hijos y puso bajo su ala a más personas que fueron tratados como familia.


Si, hubo un tiempo en que esta casa estaba llena de gente y de risas. Llena de vida como debía ser la gran casa de Adriano, un lugar repleto de felicidad y unión, una verdadera familia.


—Hace tiempo este lugar dejo de ser lo que era—dejo de ver el oscuro jardín desde el balcón, para girarme a ver a mi madre.


Idara tomo asiento cerca de mí, abrigada por una fina tela, sin ningún maquillaje opacando su rostro y libre de tantas prendas de alta costura, parecía alguien completamente diferente, alguien que a veces creía haber enterrado junto a mi padre.


—Esta tan vacío—veo sus manos retorcer la tela que lleva.


Había instante en que no podía reconocer a mi madre, ella había cambiado mucho y el hecho de que aun estuviera cerca, era meramente por quien era, mi madre. Aunque, a veces, solo a veces, podía reconocerla. Podía volver a estar en presencia de la Idara que mi padre amo, quien nos crio como mejor pudo y nos dio todo.


—Mañana llegara Aurellio—murmuro en un bajo recurso de consuelo.


Había momentos en que me apenaba verla así, tan sola. Pero solo debía ver hacia atrás y ver cada error y daño que ella ocasiono a mi familia, su propia familia, para recordarme porque ella estaba como estaba.


—¿En qué momento me perdí, Alessio? —escucho su pregunta y dejo de verla—. ¿En qué momento todos me dejaron?


No volteo a verla porque sus últimas palabras me dieron indicios de que estaba llorando, no debía ser así, pero siempre era lo mismo, no importaba cuanto lo dijera, ella no lo entendería, no importaba cuanto insistiese, ella no lo aceptaría.


Nadie la había dejado, nunca la habíamos dejado. Ella fue la que nos dejó, el mismo día que mi padre murió, mi madre nos dejó solo un caparazón de lo que fue. Y nunca me perdonaría eso, nunca podría perdonarme todo lo que le hice a mi familia. Es la culpa con la cual siempre cargaría.


Un nuevo año, un nuevo año sin mi padre, sin mi familia reunida, sin Geovanna, sin poder deshacerme de esta culpa. Un nuevo año de más de lo mismo en mi vida.


Aunque también era un nuevo año para mi familia, para mis hermanos, mi sobrino, mi cuñada, mi madre. Para aquellos que siempre estarían en mi vida.

Quiero Negociar |DS#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora