Relatos en tiempos de paz

33. F. E. O.

Hola y feliz año nuevo!! Espero que os guste el nuevo capítulo, que al final he tardado algo más de lo que creía en subir, pero menos que la última vez xD. Mil gracias por estar al otro lado pase lo que pase, sois lo mejor de la vida. 

Un abrazo gigantesco y espero que estéis todxs muy bien! Muack!!

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⸺ Señorita Weasley, ¿sería tan amable de prestar atención?

Rose dio un respingo al escuchar la voz de su tío Charlie, aunque en ese momento era más bien su profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas.

⸺ Lo siento profesor. ⸺ Se apresuró a disculparse Rose.

Su tío le dirigió una mirada fugaz que no parecía del todo reprobatoria, y prosiguió explicando las diferencias entre las especies de salamandras de fuego en todo el mundo. La prefecta llevó la mirada a las criaturas de un rojo incandescente que se movían delante de ella, en una gran hoguera que el tío Charlie había preparado junto a la cabaña de Hagrid, que disfrutaba la clase con ellos. Sentía las mejillas ardiendo. Los profesores no solían llamar la atención a Rose. Ella era una buena alumna, una de esas alumnas que nunca daban problemas, que siempre contestaban correctamente y ganaban puntos para su casa. En definitiva, era una de esas alumnas que se lo ponía fácil a los profesores, sin embargo llevaba toda la mañana despistada, especialmente en las asignaturas que compartía con Scorpius Malfoy, como aquella. Él, en cambio, parecía no percatarse de su existencia ni de las miradas furtivas que Rose le lanzaba.

Desde que se habían besado en la biblioteca no habían vuelto a hablar, y de eso hacía ya un par de semanas. La pelirroja lo buscó al día siguiente, ni siquiera sabía por qué, solo pretendía ver al golpeador y pasar algunos minutos en su compañía. Cuando lo vio a lo lejos en uno de los pasillos del colegio le dirigió una sonrisa de complicidad, pero todo lo que hizo Scorpius fue apartar la vista de ella, como si fuese alguien que no mereciese su atención. Recordaba que unas horas antes sus primas habían estado hablando de él de una manera horrible y ella había intentado ocultar cuánto le molestaba, ¡y luego Scorpius iba y se comportaba de aquella manera tan desconsiderada!

Al principio Rose se sintió algo confusa. Pensó que tal vez había hecho algo mal, que había dicho algo la tarde anterior, cuando dejaron de besarse, que había podido molestar a Scorpius, pero por más vueltas que le daba no encontraba nada que el chico pudiese haber malinterpretado. Luego pensó que quizás había sido ella la que había visto cosas donde no las había. Quizás Scorpius le había seguido el beso porque no tenía más remedio, o porque era muy educado, pero que en realidad no tenía ningún interés en ella. Eso le pareció más probable, aunque no entendía del todo por qué alguien iba a besar a otra persona en contra de su voluntad cuando no le estaban forzando. Es decir, si Scorpius no deseaba que Rose le besase podía haberse apartado, simplemente. Incluso, pensaba la chica, podía tener la valentía de decirle que no quería tener nada con ella. No era necesario que fuese desagradable y la ignorase de esa manera tan hiriente.

Pero sí lo hizo. Sí fue desagradable y la ignoró deliberadamente, y ahora Rose estaba dolida. Había intentado hacer lo mismo que él e ignorarlo, solo se habían dado un par de besos, nada del otro mundo, pero cada vez que lo veía el corazón le daba un vuelco y tenía que esforzarse muchísimo para no seguirlo con la mirada.

A Rose no le gustaba sentir las cosas que sentía, sobre todo teniendo en cuenta que en un par de semanas tendría los TIMOS. La distraían y le suponían un desgaste mental que la volvía menos eficiente de lo acostumbrado. Tenía que aprender a controlar lo que sentía, que no era otra cosa que su orgullo herido, según creía la propia Rose.