James Sirius Potter deja caer la cabeza con pesadez sobre su mano derecha. Otro libro que no dice nada sobre la marca que Bill Simons estampó en la pared y que apareció sobre el escenario del asesinato de aquel jurista del Wizengamot. No puede creerlo. Ya no sabe dónde mirar, a qué recurrir. Echa la cabeza hacia atrás, dejando descansar su espalda y la nuca contra la lisa madera que recubre la mitad de la pared de la biblioteca. Cierra el libro y lo deja a un lado. Luego cierra los ojos y exhala un suspiro repleto de cansancio y resignación.
- ¿Qué haces aquí?
El buscador abre los ojos. Ante él, allí donde aquella rama de estanterías converge con el pasillo principal, una chica de cabello negro y ojos verdes lo observa con una ceja enarcada.
- ¿Acaso es de tu incumbencia, Haworth? – Le pregunta James, recogiendo de nuevo el libro y poniéndolo sobre su regazo mientras lanza una mirada chulesca a la chica que tiene a unos metros de él.
- Bueno, es la hora de la cena, la biblioteca casi va a cerrar y James Potter está tirado entre las estanterías sin apenas iluminación. Teniendo en cuenta que, como prefecta, debo preocuparme por mis compañeros, sí, creo que es de mi incumbencia.
James suspira y se guarda una sonrisa en la comisura de los labios. Alya, que viste el uniforme con sus calcetas verdes de Slytherin, se acerca a él por el pasillo hasta situarse justo enfrente. El chico cruza un momento su mirada con la de Alya, luego regresa con los ojos al libro que tiene sobre sus piernas cruzadas.
- ¿Sigues buscando información sobre la marca? – Pregunta la chica, que un momento después se arrodilla hasta que sus rostros quedan a la misma altura.
El chico suspira una vez más. Por más que se esfuerce en aparentar que le molesta la presencia de Alya Haworth, lo cierto es que siente un cosquilleo en las palmas de las manos y en la boca del estómago que intenta mantener a raya. No quiere parecer demasiado entusiasmado, entre otras cosas porque ni siquiera entiende qué le entusiasma tanto del hecho de que Haworth decida meterse en sus asuntos.
- ¿Puedo? – Le pide la chica, acercando las manos al libro que sostiene James.
Sus manos se rozan un momento apenas perceptible de no ser porque la piel del gryffindor parece extremadamente sensible a cualquier toque que provenga de Alya Haworth. La chica no parece darse cuenta, sin embargo, de la preocupación que se apodera poco a poco de James, y baja la vista hasta el índice del libro con total indiferencia.
- No te esfuerces. No hay nada ahí. No hay nada en ningún libro. – Le dice James – Ni siquiera la profesora McGonagall lo conoce, ella misma lo dijo cuando fuimos a su despacho.
Alya cierra el libro y frunce los labios con expresión pensativa. Ladea un poco la cabeza y entrecierra los ojos, que mantiene fijos por un instante en la madera que hay a un lado de James. El muchacho arquea las cejas, intentando adivinar qué es lo que se le está pasando por la cabeza a la buscadora, algo que le resulta imposible, por otro lado.
- ¿Y si...? – Alya deja la pregunta a medio hacer, con los labios entreabiertos y llevando luego la vista hasta los ojos oscuros de James Sirius Potter, que espera con una paciencia nada propia de él a que la chica continúe - ¿Y si no existe ese símbolo?
- ¿Cómo no va a existir? Tú lo viste. – El moreno frunce el ceño, sin comprender a Haworth.
- Sí, sí, ya lo sé. Lo que quiero decir es que quizás no aparece en ningún libro ni nadie lo conoce porque es un símbolo que se ha creado recientemente.
Los labios de James se separan unos centímetros sin poder ocultar la sorpresa que le produce aquella nueva teoría esgrimida por Alya. ¡Claro! ¡Eso tendría mucho sentido! Explicaría por qué nadie conoce la marca... ¡Y él buscando entre decenas libros como un estúpido durante días! Alya Haworth asiente en silencio, como para sí misma, mientras una sonrisa ligera se forma en sus labios, satisfecha seguramente por haber sido capaz de resolver el misterio. James recuerda que le gritó que no la necesitaba para dar con la respuesta. Le molesta un poco que, una vez más, Haworth le haya demostrado cuan inteligente es. ¿Por qué tendrá esa facilidad para ser tan odiosa y saberlo siempre todo?
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Relatos en tiempos de paz
ФанфикLa familia Potter-Weasley es, muy probablemente, la familia de magos más numerosa y conocida de Reino Unido y parte del panorama internacional. Desde que la Segunda Guerra Mágica terminó, han disfrutado de la popularidad y el reconocimiento de la so...