8. Halloween I

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Rose Weasley mueve la varita en el aire hasta que la guirnalda de murciélagos negros de papel crepé que los de cuarto han estado preparando está bien fija en una de las paredes del Gran Comedor. Junto a ella, dos prefectos de Hufflepuff se pelean con las calabazas gigantes que Hagrid ha llevado y en las que se afanan por tallar gestos terroríficos.

Al día siguiente será Halloween y tendrá lugar el baile, algo que, según ha oído Rose, ha sido propuesto por Violet Crockford, su tío Charlie y algunos profesores más. De hecho, son ellos mismos los que están allí haciéndose cargo de que todo vaya sobre ruedas. El profesor Longbottom está más animado que nunca y va de acá para allá haciendo levitar cajas y adornos por todo el castillo. Dean Thomas, el profesor de Transformaciones, encanta unos espantapájaros de aspecto siniestro para ponerlos en los pasillos y que asusten a los estudiantes. Tío Charlie, Evan Dawlish y la profesora Crockford están colocando adornos por el resto del castillo junto a su prima Molly y Achilles Whifferdill, el otro Premio Anual. Hasta los fantasmas ayudan. Quieren que cada rincón de Hogwarts rinda homenaje a la noche encantada. Lo normal es que se decore el Gran Comedor, pero este curso todos parecen decididos a hacer de Halloween una gran celebración.

A Rose siempre le ha gustado Halloween y de hecho se pregunta por qué no lo celebran más, como la Navidad, por ejemplo. Al fin y al cabo es una de las noches más mágicas del año. Sabe que muchos magos y brujas le dan mucha importancia, incluso algunos aprovechan para hacer encantamientos y hechizos protectores o de cualquier otra índole, así tendrán más poder, pero en Hogwarts se limitan a hacer un banquete algo más formal y abundante que el resto de días. Al menos hasta ese año.

- Perdón. Perdón. Perdón.

Rose gira el rostro. Sus compañeros se apartan al paso de Scorpius Malfoy, que traslada un árbol nudoso de apariencia tenebrosa por el aire hasta la cabecera del salón donde se celebrará el banquete y posterior baile. La pelirroja se agacha sobre una caja de adornos para continuar con su tarea mientras su mente sigue pensando en el baile. Aún no tiene pareja y está tan enfadada por lo que le dijo Roxanne que ha decidido no ir, así sin más. Tampoco se lo ha pedido nadie y aunque ha pensado que podría ir sin acompañante (no sería la única), se niega a aparecer sola delante de su prima después de que le dijese, en pocas palabras, que no tiene ningún encanto destacable. Que ningún chico le haya pedido acompañarla al baile no hace otra cosa que darle la razón.

- Rose, ¿te ayudo? – Pregunta Alya Haworth, que acaba de aparecer a su lado.

- Oh. Sí, bueno, si quieres. ¿Ya habéis terminado de decorar el pasillo principal?

- Sí. Ahora parece un bosque encantado. – Alya sonríe de lado a lado – Me muero por ver la cara de todo el colegio mañana. Las mazmorras se han convertido en unas catacumbas, ¿sabes?

- ¿Ah sí? – Rose también sonríe - ¿Y el resto del castillo?

- Pues, el piso principal es un bosque encantado y el resto es un castillo embrujado. Alguno que otro se llevará un susto.

- Espero que sean mis primos. – Dice Rose con diversión - ¿Vas a ir al baile?

- Claro, ¿tú no? – Alya mueve su varita y cuatro velas negras con lunas y estrellas doradas reluciendo sobre la cera levitan sobre ellas.

- No tengo pareja. – Rose se encoge de hombros.

- Oh, yo tampoco. – Dice Alya – Bueno, voy con Markus, pero no es que sea mi pareja, es que ninguno de los dos va a ir con nadie especial. Si te digo la verdad, eso de ir con pareja está sobrevalorado.

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