34. Fin de curso

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Los TIMOS y los ÉXTASIS pasaron tan de repente que al alumnado de quinto y séptimo curso le pareció mentira haberse librado por fin de ellos. Después de haber estado un año entero preocupados, quitárselos de encima fue como resucitar.

Como aún quedaba una semana hasta las vacaciones y como la mayoría de cursos ya había terminado, los terrenos del mágico castillo estaban llenos de chicos y chicas que disfrutaban de la llegada del verano reunidos en grupos alrededor de la orilla del Lago Negro y a la sombra de los olmos y los sauces que crecían cerca.

Junio era uno de los meses favoritos de James porque llegaba el buen tiempo, o al menos todo el buen tiempo que podía haber en Reino Unido. Ya estaba deseando que llegasen las vacaciones para poder ir con sus hermanos, sus primos, sus primas, y con Lorcan y Lysander, por supuesto, de excursión al lago que había a las afueras del Valle de Godric. Ese año también invitaría a Frank y a Devlin, puede que incluso a Devi si prometía comportarse en presencia de sus padres.

― Así que se supone que ese laberinto debe llegar hasta debajo del Lago Negro.

James siguió jugueteando con el tallo de una margarita mientras a su alrededor Fred, Lorcan, Lysander, Dev y Frank trazaban una especie de plano del túnel que aún no habían conseguido terminar de excavar. Devi no había vuelto a unirse a ellos desde que Fred y ella lo habían dejado.

— ¿Y si el túnel termina aquí? — Lorcan señaló con su dedo índice debajo del colegio, en la dirección contraria al Lago Negro—. Puede incluso que llegue hasta la Cámara de los Secretos.

— Se cegó después de la Batalla de Hogwarts. — Le recordó James, que llevó su vista desde el plano hasta una chica de cabello negro que acababa de salir del castillo con paso airado. Detrás de ella, Bill Simons dio un par de zancadas para alcanzarla.

— Pero quizás solo se cegó el túnel principal y este es un túnel secundario. — Aventuró de nuevo Lorcan.

— Yo creo que va en dirección al lago. — Le contradijo Lysander—. Si os fijáis hace una pequeña curva...

— Los túneles no tienen por qué ser rectos. — Les recordó Devlin—. En cualquier caso ya no vamos a averiguar hasta dónde llega, al menos en este curso. Tendréis que hacerlo sin mí el año que viene.

Todos miraron al ravenclaw con algo de pena. Dev había terminado el colegio y ya no volvería allí, sin embargo había algo que entristecía aún más a James: el curso siguiente sería su último año en Hogwarts.

— No pongáis esas caras. Quiero que me contéis todas las cosas alucinantes que encontréis. — Sonrió el chico.

— ¿Y tú qué harás? ­— Preguntó Fred.

— No sé, creo que voy a irme a una expedición con mi tío. Se dedican a catalogar especies mágicas de flora y fauna, examinan sus propiedades y eso...

— Parece interesante. — Concedió Lys.

— Sí. Viviré a la intemperie... — Dev se encogió de hombros. No sonaba tan emocionado como cabría esperar, sobre todo tratándose de él, que se emocionaba casi con cualquier cosa. James suponía que algo tendría que ver con su prima Molly.

— ¿Nos enviarás alguna lechuza? — Preguntó Frank.

— ¡Claro que sí! Y espero que vosotros también me enviéis lechuzas a mí, aunque estemos lejos. Pero seguro que puedo escaparme alguna que otra vez, mínimo para...

James desconectó de la conversación nuevamente y buscó con la mirada a Alya, que seguía más o menos en el mismo punto, aunque ahora estaba girada hacia Bill y parecían estar discutiendo. Bill la tomaba de un codo. Tenía cara de intentar convencer a Alya de algo. La chica le dio un manotazo y apartó a su compañero de ella. Luego dio media vuelta y se marchó en dirección a la cabaña de Hagrid. Simons, por su parte, regresó al castillo con los hombros hundidos.

Relatos en tiempos de pazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora