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Estuve toda la semana acomodando cada pendiente en mi vida para marcharme a mi nuevo empleo, empecé por arreglar la casa perfectamente. Vivía con mi mamá y mi abuela en una casa ya algo antigua pues fue donde mis abuelos criaron a mi mamá.

Al igual que mi mamá yo fui criada en esa casa, ella trabajaba por las mañana en el periódico como escritora mientras que mi abuela se encargaba de mi. Gracias a que mi abuela se encargo de mi, una mujer japonesa que vivió su juventud en Londres hasta reencontrarse con un viejo amor de Japón y formar nuestra familia, mi abuela me crio en medio de libros, poesía y música clásica.

Desde niña mi abuela se convirtió en mi persona favorita, ella escribe poemas dedicados a mi abuelo incluso después de la muerte de el, toca el piano para mi de vez en cuando e incluso me cuenta historias antes de dormir. 

Pero mi abuela dejo de ser así un tiempo, su  salud se vio afectada hace unos meses y ella se volvió otra persona, ya no escribía, no tocaba el piano, ni me leía cuentos incluso parecía que me había olvidado. Luego le pedí que me enseñara a tocar el piano y ella volvió lentamente, pero sigo temiendo volverla a perder así.

Empecé por limpiar el piso inferior, tire a la basura los alimentos caducados, cambie las flores de los floreros y quite el polvo del piano. Seguí con el piso superior, arreglando mi cuarto, el de mamá y el de la abuela, además encontré unos cuantos libros para leer.

Por ultimo estaba la biblioteca que teníamos en nuestra especie de ático donde mi abuela adoraba pasar sus días. Justo al subir la vi leyendo en su elegante sillón café, hecho perfectamente para leer según ella.

- Llegas a tiempo para escuchar esta carta de amor - me dijo sonriéndome para comenzar a leerme mientras yo quitaba el polvo:

Querida mujercita, tengo un montón de peticiones que hacerte:

1º. Te pido que no estés triste

2º. Que cuides tu salud y no te fíes del aire de la primavera.

3º. Que no salgas sola, a pie-y mejor todavía-, que "no salgas de ninguna manera".

4º. Que estés completamente segura de mi amor. No te he escrito ni una sola carta sin haber puesto delante de mí tu retrato.

5º. Te pido que cuides tu conducta no solamente "por tu honor y el mío" , sino también por las apariencias. No te enfades por esta petición. Debes amarme más aún por darle tanta importancia al honor.

 Ahora, ¡Adiós querida! Piensa que todas las noches, antes de acostarme, hablo media hora con tu retrato, y lo mismo hago al despertarme. 

 Te beso y te estrecho 1095060437082 veces en mis brazos y soy para siempre

Tu muy fiel marido y amigo,

Mi abuela acabo su lectura, siempre era lindo escucharla leer pues lo hacia con tanto sentimiento que parecía que ella era los personajes o autores.

- Bastante linda de cierta forma pero refleja bastante la época en la que fue escrita - conteste, creo que podíamos justificar los comentarios como 'mejor no salgas' con la época en la que fue escrito pero quitando esos comentarios notabas que había amor en la carta.

- Mozart se la escribió a su esposa Constanza - ella respondió para seguir leyendo.

Me di cuenta de que extrañamente el ático estaba mas arreglado que el resto de la casa, aunque era muy obvio pues era nuestra parte favorita de la casa.

Mamá llego a la hora de la cena al igual que mi tía Kanae que cenaría con nosotras, como casi siempre. 

- ¿Ya tienes todo lo que necesitas? - me pregunto mi mamá mientras comíamos el ramen que trajo mi tía - Creo que si - 

𝗖𝗛𝗢𝗜𝗖𝗘 - BLUE LOCKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora