Cap. 5- De nuevo tú

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"Mi estrategia es que un día cualquiera no sé como ni sé con que pretexto por fin me necesites." -Mario Benedetti




Eran las seis de la mañana y hace apenas unos minutos había sonado mi alarma, no había podido dormir, tan solo recordaba que hoy vería a Connor me ponía enferma, mi pulso se aceleraba, se secaba mi boca y sentía desmayarme. No sabía qué ropa ponerme para impresionarlo ¡No Arianna, que te importe una mierda lo que él piense! –Gritó mi subconsciente– aun con el anterior comentario no podía decidir qué ponerme, desorganicé todo mi ropero y al final me decidí por un atuendo casual. Bajé a la cocina, al entrar me percaté que en el refrigerador había una nota.

Ari:
Espero que hoy sea un gran día, te deseo mucha suerte, hoy llego de trabajar a las siete, la comida está en el refrigerador, te amo.

Mamá

Abrí el refrigerador y recalenté una rebanada de pizza que Doreen me había dado del día de ayer, ella quería que la comiera enfrente de Connor y eso es lo que iba a hacer. Cuando acabé la rebanada fui a lavarme los dientes, al finalizar me puse perfume, agarré mi mochila y vi la hora del reloj, eran las siete cuarenta y cinco, la hora de entrada fue hace cuarenta y cinco minutos.

Comencé a correr para alcanzar el segundo camión, eran las ocho en punto y el camión seguía haciendo paradas, cuando por fin llegué a la escuela eran las ocho y cuarto, ni sobornando al maestro me dejaría entrar, solamente faltaban treinta minutos para que acabara la primer clase. Resignada entré a la escuela y fui al segundo edificio, me senté en una mesa donde pegaba un poco el sol ya que hacía mucho frío, iba a sacar un libro de lectura cuando escuché risas, alcé mi vista y allí se encontraba Connor junto con dos chicos del equipo y una porrista, claro, cómo no pensé que él tampoco estaría en su clase. Tal vez sintió mi mirada porque volteó a verme, sus ojos color café se clavaron en los míos, quería apartar la mirada pero me era imposible, él aún me tenía hechizada y descubrir eso me enojaba, pasaron varios segundos y ni él podía dejar de mirarme, sus ojos demostraban que tenía demasiadas dudas ¿Pero por qué? ¿Cuáles dudas? él sabía perfectamente que aún me tenía en sus manos, la porrista gritó su nombre, parpadeó y volteó a verla, le sonrió y se formó su hoyuelo en la mejilla, la tomó de la barbilla y la besó. Aparté mi vista aunque hubiera querido haberlo hecho antes, respiré y traté de controlar las lágrimas que ya se habían acumulado en mis ojos, creí que Connor ya no podría dañarme más, pero me había equivocado.

No podía irme a otro lugar, sería muy obvio que lo que acababa de hacer Connor me dolía, era verdad, pero haré todo lo posible para que él no se dé cuenta. Agarré mis audífonos, puse cualquier canción, abrí mi libro en la página donde me había quedado y comencé a leer, odié saber que el chico de mi libro le rogaba a una chica pero ella ni siquiera lo volteaba a ver, lo que más me enojó fue que él le había regalado unos chocolates suizos y ella los tiró a la basura, qué tonta, cerré el libro de golpe, realmente estaba enojada con la chica de mi libro, con Connor
por ser tan estúpido y conmigo misma por también serlo.
Saqué un cuaderno y pluma de mi mochila, lo abrí y comencé a escribir.

"Primer día de la escuela y de inmediato un sabor amargo, Connor es estúpido, el más estúpido de todo el mundo, lo odio, odio que me haya hecho quererlo y después dejarme, odio todo de él, la forma en la que sonríe, como combina su ropa, juega mal (no sé por qué lo nombraron capitán). Cuando lo veo me dan ganas de vomitar, me gustaría golpearlo y noquearlo.
Desde este momento no volveré a dejar que pase sobre mí, ya no más lágrimas por él, ya no más desilusiones, es mi tiempo, es tiempo de olvidarlo y concentrarme en mis proyectos, a la mierda Connor y todo lo que tenga que ver con él."

2 veces sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora