"Todos los días te quiero y te odio irremediablemente." -Jaime Sabines
Quise irme a mi salón o a mi casa, cualquier lado menos estar en este lugar y lo iba a hacer, pero la voz de Connor hizo que me detuviera.
– ¿Arianna? –Preguntó mientras hacía a un lado a la chica que había estado besando.
– Yo... –no me salían las palabras, por favor di algo y vete de ese lugar– tengo que irme a clases Hablé con dificultad mientras el nudo en mi garganta se hacía cada vez más grande.
Apenas di un paso cuando la mano de Connor sostuvo mi brazo impidiendo que me escapara, porque eso es lo que estaba haciendo, escapar.
– Puedo explicarlo –comentó, yo me quedé desconcertada– bueno no, no puedo decirte nada ¡Maldita sean mis decisiones!
– ¿Qué quieres explicarme? No somos nada, en ese caso deberías de ir con Meg, ya que ella sí es tu novia.
Decir lo último me dolió, pero trataba de demostrar fortaleza.
– Pero yo quiero explicártelo a ti, no a Meg.
Lo observé detenidamente y por su hombro vi a la chica con la que se estaba besando, sostuvo mi mirada, Connor se fijó a quien veía y se dio la vuelta.
– Deberías ir a clases, Laura –la chica lo miró sorprendida sin embargo no dijo nada y se retiró en silencio, Connor volteó a verme– necesito decirte algo.
Se quedó callado unos minutos.
– Creo que mejor me voy –Comenté ya que Connor no hablaba y era incomodo estar ahí.
– No, lo que quiero decirte es que –tomó un suspiro– los dos no podemos estar separados, yo no puedo estar lejos de ti y al parecer contigo es lo mismo, quería proponerte si podemos seguir viéndonos como ayer.
Trataba de procesar lo que me había dicho Connor pero no podía, porque él sí se acordaba lo que había pasado ayer.
– Creí que estabas borracho y que.
Ahora fui yo quien se mantuvo callada.
– ¿No lo recordaría? Sí, estaba tomado, pero no al punto de olvidar lo que había hecho.
Se encogió de hombros.
– Oh.
Fue lo único que pude decir.
– ¿Entonces?
– ¿Entonces qué? –Pregunté.
– Que dirás de mi propuesta.
– Es que no entiendo a lo que te refieres.
– Podemos ser amigos con derecho –Comentó con dificultad.
No sabía qué decir de nuevo, Connor era experto en dejarme muda.
– ¿Amigos con derechos? –Pregunté indignada.
– Pues sí, ninguna relación que nos una.
– ¿Y Meg? ¡Por Dios, la acabas de engañar de nuevo! –Grité.
Los recuerdos de la noche anterior me invadieron, conmigo también le había sido infiel, lo extraño es que ningún sentimiento de culpa me había invadido, quizá porque mi amor por él estuvo presente en todo momento y me excusaba en esa idea.
– Meg tampoco me es fiel.
Su comentario me dejó sorprendida ¿Qué clase de relación tenían ellos dos?
– ¿Te estás vengando? –Pregunté para entender mejor la situación.
– No, mi relación con Meg es diferente, ya te lo dije.
Miró al techo exasperado, ignoré ese gesto y seguí con interrogatorio.
– ¿Diferente en qué?
– No puedo decírtelo, pero es diferente.
Así que no se gustaban ni mucho menos se querían ¿Entonces por qué andaban? Connor no lo iba a decir, debía averiguar por mi cuenta si había una razón, aunque me fastidiaba y calmaba saber que su noviazgo con Meg no era real.
– Está bien –Dije.
Connor abrió los ojos como platos.
– ¿Aceptas ser mi amiga con derechos?
Casi grito.
– ¡No! ¡Dije está bien por tu relación con Meg!
Arrugó su cara.
– Era demasiado bueno.
Viré los ojos.
– No seré tu amiga con derechos, Connor.
No sé ni en qué momento creyó que lo que había pasado la noche anterior podría repetirse como si nada, no cuando yo tenía sentimientos románticos por él.
– Puedes pensarlo, no tienes que responderme en este momento.
– Connor, ya te respondí, no lo voy a pensar –Le respondí de mala forma.
¿Acaso era sordo?
– Entonces yo te busco para saber cuál es tu respuesta –iba a decirle de nuevo que ya había decidido, pero me interrumpió– piénsalo –se acercó y puso sus manos en mi cara– no puedo estar sin ti, pero no podemos estar juntos de la manera que quieres.
Dicho esto se dio la vuelta y se marchó ¿Qué había sido todo eso? Dijo que no podía estar sin mí, pero quiere que lo bese cuando yo quiera, sin embargo él puede hacer lo mismo con otras chicas y hablo de él porque yo no podría besar a alguien más, vaya, realmente estaba mal. Suspiré y fui al salón de mi siguiente clase, con suerte me dejarían pasar, pero yo no tengo suerte, así que el profesor no me dejó entrar, genial, perdí todas las clases de este día, resignada salí de la escuela y me fui a mi casa.
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2 veces sin ti
RomanceCreo que cuando conoces el gran amor de tu vida y de repente lo pierdes, llega una gran tristeza que no te deja ver la posibilidad de luchar por el, pero igual creo que hay personas a las que no les importan las adversidades, ni cuantas cosas negati...