Cap. 40- Nuestra decisión.

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"Una historia no tiene comienzo ni fin: arbitrariamente uno elige el momento de la experiencia desde el cual mira hacia atrás o hacia delante." –Graham Greene, El fin del romance.  



La brisa chocaba delicadamente con mi rostro al entrar al Parque de siempre, caminé durante unos minutos hasta que decidí sentarme en una banca que hace algunos años fue totalmente blanca. Eché la cabeza hacia atrás, cerré los ojos y al instante recuerdos de hace unos meses invadieron mi mente.


Mi respiración estaba agitada y me costaba trabajo respirar cuando entré al hospital donde Doreen me había dicho que estaban atendiendo a Connor, fui directamente con la recepcionista y al ver su cara de asombro por mi aspecto supe que como me sentía también me veía.

– Connor Khan, ¿Sabe en qué piso está? –Pregunté tratando de tranquilizarme.
Mi mamá agarró mi mano.
– Se encuentra en el segundo piso –Comentó.
– Sí, ¿Pero cómo está? –Grité.
Al momento de hacerlo tapé mi boca, la recepcionista no merecía esto.
– No sabría decirle señorita, esa información no la tengo.
Su mirada de comprensión me hirió más ¿Cuántas veces había tenido que soportar estas situaciones?
– Gracias –Susurré.

Caminé hacia el ascensor agarrada de la mano de mi mamá que en ningún momento la apartó. Al abrirse las puertas mi corazón volvió a agitarse desenfrenadamente, di unos cuantos pasos cuando divisé a Brandon de espaldas, junto con mi mamá corrí donde se encontraba.

– ¿Cómo está Connor? –Pregunté ya estando a su lado.
Él alzó rápidamente la vista y sus ojos tristes confirmaron que algo malo realmente estaba pasando.
– No sé, desde que llegamos no nos han dado ninguna información –Murmuró.
Asentí con la cabeza y las lágrimas comenzaron a acumularse, miré a otro lado del pasillo, comencé a animarme mentalmente, todo tenía que estar bien, debía estar bien.
– Iré por un café para todos –Habló mi mamá.
Me besó la frente y después se marchó, la seguí con la mirada hasta que desapareció.
– ¿Qué fue lo que pasó? Él... él estaba bien cuando yo me fui.
Brandon se quedó en silencio unos segundos, se sentó en una silla, yo lo imité.
– Hice una fiesta, lo invité, todo estaba bien hasta que dos personas llegaron a estropear todo, vinieron con su actitud de creerse mejor que nosotros, creerse mejor que Connor. Se llamaban Javier y Ulises, querían tener un partido en el patio trasero.
– ¿Un partido? –Fruncí el ceño.
– Sí, dos a dos, comentaron que querían saber si Connor era capitán porque lo merecía, sus palabras eran para provocarnos y al final lo consiguieron. Connor al principio dijo que no iba a jugar pero después su comentario lo cambió, le dije que no tenía que jugar, que no debía demostrarles nada, pero Arianna, si hubieras escuchado el tono en que dijo que quería jugar, estaba feliz de por fin hacer lo que le gustaba, además ya había reposado durante un tiempo, qué podía salir mal ¿No? –sonrió con tristeza– Si hubiera sabido que todo esto iba a pasar nunca lo hubiera dejado jugar, fue mi culpa.
Agachó la mirada al suelo, sentía su dolor.
– Oye, no es tu culpa, fue decisión de Connor –Mencioné.
– Pero aun así, se supone que sería una noche divertida y ve lo que pasó.
– No te hagas esto, no te pongas a ti como culpable, tú no sabías que esto iba a suceder –Le dije con dureza.
Sus pensamientos negativos hacia sí mismo eran crueles, Brandon iba a hablar pero Doreen llegó junto con mi mamá, nos tendieron a cada uno un vaso lleno de café.
– ¿Saben dónde están los papás de Connor? –Pregunté.
Brandon y Doreen compartieron un gesto que desconocía.
– No lo sé, estaban con nosotros, pero comenzaron a discutir sobre algo, no sé de qué, el señor Khan dijo que llamaría a alguien y se fue, minutos después la mamá de Connor lo siguió.
Fruncí el ceño, no era el momento para una discusión, tenían que estar más unidos que nunca o quizá ellos sabían algo sobre el estado actual de Connor que los hacía llegar a la desesperación, sentí un escalofrío, no saber nada era perturbador porque los pensamientos malos llegaban a mí como un huracán, me levanté rápido de mi asiento.
– Iré a buscar a sus papás, ellos ya deben de saber algo.
– Ari, no creo que sea buena idea –Respondió mi mamá en tono suave.
– Necesito respuestas –Dije.
Fue lo único que hablé antes de ir a buscar a los señores Khan.

2 veces sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora