"El problema es que tú eres la solución"- Desconocido.
La canción terminó pero siguió otra más movida así que mis movimientos eran pura cadera y despeinaba mi cabello pensando que era sexy aunque creo que sí estaba resultando ya que se habían unido más personas alrededor de la barra.
Seguí bailando y varios chicos gritaban "fuera blusa" y al parecer mi parte razonable estaba dormida, así que les hice caso, ya tenía todos los botones desabrochados sólo era cuestión de tirarla pero alguien me jaló antes de hacerlo. Me mareé por el movimiento rápido, escuché abucheos y como la persona me recargaba en su hombro, iba a decir que esa posición me haría vomitar pero me interrumpieron.– No puedo creer que te hayas emborrachado.
Agrandé mis ojos, era Connor
Subimos las escaleras y al parecer habíamos entrado a un cuarto, me bajó con dureza de su hombro y me plantó en el suelo, casi me caigo pero me agarró del brazo para equilibrarme.
– Gracias – Murmuré con la vista clavada en el suelo, no quería mirarlo por miles de razones.
– ¿Por qué das las gracias? –Me preguntó con dureza.
– No lo sé.
Y era verdad, tal vez le dije gracias por salvar mi vida y no haber mostrado cosas indebidas a los de allá abajo.
– ¿Por qué tomaste? –Preguntó.
Alcé mi vista y tenía el ceño fruncido, no le diría "me emborraché porque te vi con Meg y me dieron celos" hablando de ella...
– ¿Dónde está la animadora? –Enarqué una ceja.
– Se llama Meg y está en el patio esperándome ya que alguien decidió ser el centro de atención esta noche –Comentó con molestia, lo cual a mí también me molestó.
– ¡Pues no te preocupes, estoy bien, ahora ve con ella, no querrás que un chico se le acerque y ella esté más que dispuesta a abrirse de piernas! –Le grité pero después razoné lo que dije y me puse roja ¡No era para tanto, maldito alcohol!
– Ella no es así, si la conocieras bien sabrías que es la chica más maravillosa del mundo.
Vale, eso dolió.
– Si la conociera bien me gustaría estar en su esquina favorita y tendría pase gratis para que los chicos me utilicen cuando quieran –Le sonreí.
– Pues ella no es la que se pone a bailar en una mesa y trata de quitarse la blusa.
Otra vez había dolido, en pocas palabras me dijo que era una... bueno, nada agradable.
– Me agrada tu actitud –me recargué en la pared y crucé los brazos– en defenderla cuando tú eres consciente de cómo es ella y no es de esa clase de chicas que suda agua bendita.
– Y tú si lo eres.
No sé en qué tono lo dijo.
– Por supuesto –Levanté mi barbilla, Connor se recargó en la pared que quedaba enfrente de mí.
– Claro, monja ¿Ahora dime por qué traes la blusa desabrochada? –Enarcó una ceja y sus ojos se posaron en donde mis brazos estaban cruzados.
Bajé mi vista y se notaba mi ropa interior, grité y le di la espalda mientras la abrochaba lo más rápido posible, pude escuchar cómo se reía.
– Eres un desgraciado ¿Por qué no me habías dicho antes? –Le pregunté cuando ya la blusa estaba bien abrochada, se encogió de hombros.
– Preferí disfrutar la vista.
No sabía qué responderle, él se acercó a mí, muy cerca y su mano acarició mi mejilla, eso hacía antes cuando quería besarme
–Te cortaste el cabello –lo enredó entre sus dedos, dejé de respirar– y lo alaciaste –sonrió de lado– el cabello largo queda en segundo lugar, con este corte te vez muy guapa.
Aparté mi vista de él, no volvería a caer.
– ¿Recuerdas que en la tarde dije que me dabas asco?
– Sí –Respondió confundido.
– Pues es verdad –me separé de él y lo miré– no te me vuelvas a acercar.
– Tal vez si lo sigues repitiendo te la creas, pero yo no.
Se acercó a mí otra vez.
– ¿Por qué mentiría?
– Dímelo tú.
– ¿Qué es lo que quieres, Connor?
Era hora de ser directa antes de que se pasara el efecto del alcohol.
– ¿A qué te refieres?
– Al simple hecho que me tratas bien pero después parece como si yo fuera una peste, estoy harta de esto, yo no lo merezco.
Connor tardó en responder, abría y cerraba la boca.
– Arianna, yo no puedo seguir contigo –suspiró– es el último año, si regreso contigo es no salir a fiestas, no alcohol, cero chicas, es dejar de disfrutar este año –ya tenía lágrimas en los ojos pero me mordía el labio para que no se escaparan– Ari –se acercó a mí– me gustas y te quiero, pero es muy complicado regresar contigo.
Durante nuestra relación nunca le había prohibido nada, se supone que le das su lugar a tu pareja, nada debería ser a la fuerza.
– Complicado, entiendo –Comenté.
Me tragué el nudo que estaba en mi garganta, Connor iba a decir algo pero su celular sonó, vio su pantalla, contestó y me dio la espalda.
Toda la conversación se escuchaba claramente.
– ¿En dónde estás? Llevo varios minutos esperándote –Gritó la persona desde la otra línea.
– Estoy en un cuarto con Arianna.
– ¡¿Por qué estás en un cuarto con ella?!
Gritó la que supuse era Meg.
– Porque no puede ponerse de pie.
Fruncí el ceño, claro que podía ponerme de pie, idiota.
– Si no bajas en este instante vete consiguiendo otra novia.
– Bien.
Connor colgó y volteó a verme.
– Tengo que irme –Dijo.
– De hecho mejor me voy yo, para que así "la chica más maravillosa del mundo" –dije con sarcasmo– y tú aprovechen el cuarto y no se te encime en un sillón.
Iba a dar media vuelta pero Connor me agarró del brazo.
– ¿Es eso, verdad?
Me miró serio.
– ¿Es qué?
Ahora era yo la desconcertada.
– Por eso te emborrachaste, te pusiste celosa y bebiste.
No se hubiera dado cuenta si no hubiera abierto mi bocota.
– No me hagas reír, Connor, no me importas y por lo tanto no tengo celos.
– Por supuesto –me soltó y se pasó la mano por el cabello– tengo que ir con Meg o se enojará.
Me hice a un lado.
– Adelante –Connor pasó a mi lado y de pronto recordé algo, lo agarré del brazo– ¿Por qué Meg te dijo que si no bajabas en este instante te fueras consiguiendo otra novia?
La pregunta no era dolorosa, la respuesta sí lo era, Connor suspiró pesadamente y volteó a verme.
– Ella y yo estamos juntos.
– ¿Juntos?
No podía ser posible.
– Desde la tarde salimos.
La mirada de Connor estaba clavada en la mía.
– Espera –cerré los ojos con fuerza y apreté los puños– hace unos minutos dijiste que no querías regresar conmigo porque era tu último año, si tenías novia sería cero chicas, cero alcohol y toda esa tontería –Connor iba hablar pero lo interrumpí– y ahora me dices que tienes novia ¿A qué estás jugando? –Le grité desesperada.
Ahora no pude contener las lágrimas.
– No llores.
– Respóndeme.
– No lo entenderías, con ella es diferente –Habló.
– Entiendo, conmigo no funcionó y además era un estorbo, está bien.
Me sequé las lágrimas rápidamente.
– Es complicado –Argumentó con voz baja.
Trató de agarrarme la mano pero me hice hacía atrás.
– No vuelvas a buscarme, ahora sí te olvidaré y esta vez será de verdad.
La mirada de Connor reflejaba dolor, sí que sabía fingir, él no sabía lo que realmente era ese sentimiento. Salí del cuarto agradeciendo que por fin me haya dado cuenta que el aferrarme a él me haría mal.
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2 veces sin ti
RomanceCreo que cuando conoces el gran amor de tu vida y de repente lo pierdes, llega una gran tristeza que no te deja ver la posibilidad de luchar por el, pero igual creo que hay personas a las que no les importan las adversidades, ni cuantas cosas negati...