Cap. 11- ¿Nunca lo habías visto?

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"Entonces se ignoran, mientras sus sombras se miran." -Anna Bahena




Doreen no tenía nada que hacer en la tarde así que se le ocurrió la gran idea de que saliera con ella y sus nuevas amigas, genial y puedo poner un poco de sarcasmo porque:

a) Eran porristas y Meg también, así que obviamente le hablaban.
b) Solo conocí a Valery, no a la tal Sofía.
c) Tenía que descubrir el dueño o dueña del número telefónico desconocido.

Faltaban cinco minutos para que Dor pasara por mí, traté de marcar el número desconocido pero ni siquiera entraba la llamada, alguien lo había apagado ¿Tendrá que ver en esto Connor y Meg? No respondí mi pregunta ya que el sonido de un claxon me desconcentró.

Al abrir la puerta me encontré con el rostro sonriente de Doreen y Valery que se encontraba en la parte de atrás, a su lado estaba la chica que supongo era Sofía y ella era la única que no me veía con simpatía.
– Hola.
Saludé mientras me subía al asiento del copiloto.
– Hola, Ar, bueno ya conoces a Val y ella es Sof.
Volteé a verla y me miraba detalladamente, como si quisiera meterse a mi mente, quizá estaba equivocada.
– Hola –Respondió el saludo, le sonreí de vuelta y volví mi vista al frente.

El trayecto duró quince minutos, Doreen estacionó el carro y fuimos a la plaza, Valery quiso ir a comprar ropa. Ya habíamos pasado cinco tiendas y ahora nos encontrábamos en una de ropa interior, estaba sentada en un sillón mientras Valery y Doreen observaban la lencería, saqué mi celular y lo desbloqueé, no me había vuelto a llamar aquél número, así que lo hice yo, me llevé el artefacto al oído y de nuevo no entraba la llamada, cuando iba a colgar sentí una mirada, volteé a todos lados y en una esquina estaba Sofía observándome intensamente, no sabía descifrar su mirada, realmente me incomodaba, me paré y salí del local.

– ¿Acaso me estás siguiendo? –Comentó alguien, me giré y me encontré con la hermosa sonrisa de Ethan.
– Sí, de hecho te he estado siguiendo desde la última vez que te vi –Rodeé los ojos.
– Bonito sentido del humor –Comentó burlón, ahora yo reí.
– ¿Qué haces aquí? –Pregunté curiosa, no había nadie con él.
– Estoy con unos amigos, pero se quedaron comiendo mientras yo voy por un helado ¿Me acompañas? –Sonrió y pude sentir como mi corazón dejaba de latir.
«Muy bella sonrisa»
– De acuerdo, deja le aviso a mi amiga.
Me di la vuelta, entré al local y fui directamente donde estaba Doreen.
– Oye, me encontré con alguien, iré rápido por un helado.
– ¿A quién te encontraste?
– No lo conoces, se llama Ethan.
– ¿Qué tal está? –Alzó una ceja.
– No tiene un brazo pero ese es mi fetiche, así que –Me encogí de hombros.
– Muy graciosa, seguro está feo, lo iré a conocer –Comenzó a caminar rápido hacía la puerta del local.
Le grité que se detuviera pero hizo caso omiso, salió primero ella y después yo, vi cómo se paraba mientras veía a Ethan y tenía la boca abierta, ten dignidad Doreen.
– Ella se llama Doreen, es mi mejor amiga y él es Ethan.
Los presenté torpemente.
– No eres feo y tienes los dos brazos –Comentó Dor.
Doreen miró con picardía y yo la fulmine con la mirada, a veces ella podía ser un poco indulgente con sus comentarios.
– ¿Dos brazos? –Preguntó Ethan extrañado y curioso.
Iba a responder pero Dor se adelantó a hablar.
– Nada, fue un placer conocerte, hasta luego Ethan –Dijo y se dio la vuelta, vi que entró al local.


– ¿Los dos brazos?
Volvió a preguntar Ethan mientras me pasaba el helado de chocolate que yo había escogido.
– ¿Sigues pensando en eso? –Reí.
– Por supuesto, no sé a qué se referían.
Comió un poco de su helado de vainilla y después se lamió los labios, clavé mi vista en mis manos para desaparecer el fuerte latido de mi corazón.
– Hace dos años aproximadamente tuve una cita con un chico llamado Oscar –le comencé a explicar– Doreen me fastidiaba con ¿Está feo o guapo? Le dije que no tenía un brazo para que dejara de molestar, ella se quedó callada y después me dijo "Que te vaya bien en tu cita" al siguiente día le presenté a Oscar, lo vio y comentó "Tienes los dos brazos, pero sí estás feo". Ethan carcajeó.
– Creo que tu amiga es un poco directa –Comento sin dejar de sonreír.
Asentí frenéticamente, así era Doreen.
– Sí que lo es.
– ¿Y qué tiene que ver lo de Oscar conmigo? –Preguntó Ethan mirándome curioso, sus ojos brillaban por la intriga.
– Porque cuando le dije a Doreen que iría por un helado con un chico me preguntó "¿Qué tal está?" así que le dije la misma respuesta que con Oscar, que no tenías un brazo, ella creyó que le estaba bromeando así salió a verte, es por eso que te hizo el comentario de "No eres feo y tienes los dos brazos".
– Ahora me siento alagado.
Se puso rígido en su asiento y alzó la barbilla.
– Pues si mi amiga te dijo que eres atractivo, así es.
Comí una porción de mi helado.
– ¿Y tú?
– ¿Yo qué? –Lo miré curiosa.
– ¿Crees que soy atractivo? –Sonrió ampliamente.
De pronto todo se esfumó, no podía hablar, quería quedarme más tiempo contemplándolo.
– Yo... pues no lo sé –Dije por fin, clavé mi vista en el helado.
– Te sonrojaste –Susurró.
Alcé mi vista y su mirada me tenía hipnotizada ¿Qué estaba pasando? ¿Empezaba a gustarme Ethan?
– Tengo que irme, gracias por el helado.
Me paré de la banca en donde estábamos sentados.
– Espera –me tomó de la mano– ¿Dije algo malo?
– No.
Su rostro mostraba tristeza ¿Por qué?
– Es que te vas demasiado rápido, si mi comentario te incomodó lo lamento.
– No es eso, Ethan.
No pude decir algo más, si algo salía de mi boca sería un "Tal vez me empiezas a gustar" la mejor decisión era quedarme callada.
– Está bien, te acompaño con tu amiga –Sonrió de lado, tenía muchas sonrisas encantadoras.
– De acuerdo –Acepté sin poder controlar mi pulso.
Dimos apenas un paso cuando me percaté que Connor estaba a nuestras espaldas, en el mismo local que nosotros, me paré en seco.
– ¿Qué pasa, Arianna? –Me preguntó Ethan.
Supongo que Connor escuchó mi nombre ya que alzó rápidamente la vista después de estar tan concentrado en su helado, me miró primero a mí y luego al chico que aún sostenía mi mano.
– ¿Connor? –comentó Ethan, dio unos pasos hacía él y se saludaron– ¿Qué haces aquí? –Preguntó Ethan.
– Estoy con mi novia.
Al decir lo último me miró, aparté la vista.
– No sabía que ya tenías novia, es decir, me contaste que en tu anterior relación saliste lastimado –Le dijo Ethan.
¿Qué? ¿Él salió lastimado? Su única relación amorosa había sido conmigo.
– No recuerdo el nombre de la chica, empezaba con A ¿Cierto? –dejé de respirar y Connor abrió los ojos– ¿Con J? bueno, eso ya no importa, me alegra saber que estás bien.
– Sí, gracias ¿Quién es ella? –Preguntó Connor mirándome con desinterés.
Qué idiota, sabía quién era yo.
– Perdón, ella es Arianna, la conocí en la fiesta de Johann y volvimos a vernos antier en la fiesta de Brandon –volteó a verme– él es Connor, es el capitán de la escuela donde vas ¿Nunca lo habías visto?
– No, nunca –Miré fijamente a Connor, vi como sus ojos se volvían negros.
– Yo no la he visto –de sus labios salió lentamente una sonrisa– pero es un gusto, Arianna –Se acercó y me dio un beso cerca de los labios.
– Lo mismo digo, Connor – Dije entre dientes.
– ¿Están seguros que no se conocen? –volvió a preguntar Ethan, los dos negamos con la cabeza– es que se siente una tensión entre ustedes dos, pero tal vez lo estoy imaginando.
– Tal vez –dije– de hecho yo en ningún momento te vi con una chica –me dirigí a Connor– pero ¿Por qué te lastimó? Claro, si se puede saber –Pregunté fingiendo amabilidad.
Él me miró enarcando una ceja, reí mentalmente, en su juego podríamos participar los dos.
– Lo siento, pero no quiero hablar de eso, ya sabes, el pasado pisado.
La frase era tan... Connor.
– Claro ¡Oh por Dios! Me acordé que una vez escuché en los pasillos que realmente tú la habías lastimado, dijeron que la terminaste sin ningún motivo y tú aun sabiendo lo que ella sentía por ti te besaste con cada chica que pasaba enfrente tuyo y que además una vez trató de arreglar la relación diciéndote si podían hablar, pero como a ella no le salieron las palabras ya que estaba nerviosa y un amigo tuyo te esperaba, éste te dijo "Ya vámonos" ella te comentó "Vete" pero en el fondo creía que sería como en las películas, creyó que le dirías a tu amigo "Vete tú, yo me quedo con ella" pero no fue así, diste media vuelta y la dejaste ahí, como si realmente nunca te hubiera importado, como si la hubieras utilizado.
No imaginé que al terminar el relato la tristeza me invadiera, miré a Connor y su mirada era de desconcierto.
– ¿Estás bien? –Me preguntó Ethan confundido.
– Sí, todo bien.
– Arianna, yo –Empezó a decir Connor pero se trababa al hablar.
Supongo que iba a decir cuanto lo sentía o algo parecido pero Meg lo interrumpió.
– Ya llegué, amor –lo besó en los labios– ¿De qué hablaban? Hola Ethan.
Ethan le respondió el saludo
– De nada –comentó Connor apresurado– nosotros ya nos vamos, te veo luego Ethan –se despidió de él, después me contempló– hasta luego Arianna.
Trató de despedirse acercándose a mi mejilla pero me hice hacía atrás, no aguantaría ningún tipo de contacto.
– Hasta luego, Connor –Solté con voz baja.
Meg también me miró, pero no hacía falta que dijera algo, su mirada fulminante hablaba por ella, tomó de la mano a Connor y se fueron.
Volteé a ver a Ethan.
– Ya tengo que irme, me iré sola, muchas gracias por el helado, espero verte pronto –Le di un beso en la mejilla y caminé a pasos rápidos, por suerte Ethan no me llamó para preguntar lo raro que había sido la conversación con Connor.

Salí de la tienda de ropa interior al darme cuenta que Dor ni sus amigas se encontraban ahí, marqué el número de Doreen.
– ¿En dónde estás? –Le pregunté.
– En el estacionamiento y no eres a la única que estoy esperando –Resopló.
Fruncí el entrecejo ¿Acaso había invitado a otra amiga?
– ¿A quién más esperas?
– A Sof, se fue hace como cinco minutos.
– De acuerdo, te veo en el estacionamiento.

Divisé el carro de Doreen y a unos cuantos metros caminaba Sofía y me miraba fijamente, creo que ya era costumbre que hiciera eso.
– Ya era hora, vámonos –dijo la dueña del vehículo– ¿Dónde estabas, Sof?
– Estaba, bueno, fui a comprar una blusa –Me miró nerviosa.
– ¿Dónde está? –Le preguntó Valery.
– ¿Dónde está qué? –Preguntó Sofía, no la conocía pero podía decir que estaba nerviosa.
– La blusa –Contestó Valery con una risita.
– Pues –dudó un momento– no había de mi talla –Dijo tan rápido que apenas se le entendió.
– De acuerdo –Respondió Dor, había un tono extraño en su voz.
Encendió su auto y comenzó a salir del estacionamiento.
Miré el retrovisor, Sofía no dejaba de observarme ¿Cuál era su problema? ¿Por qué me miraba mucho? Y lo peor de todo es que su mirada no reflejaba absolutamente nada, esto era muy extraño.

2 veces sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora