Cap. 22- No te desvanezcas

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"Y si alguna vez te vas de mi lado, quiero decirte algo importante; te amo" -Samm  de la Rosa




La nostalgia flotaba a mi alrededor, habían pasado tres días desde la última vez que había visto a Connor, resulta que su mamá me vetó de su casa para que él descansara bien, no renegué, pero esa decisión me estaba volviendo loca. A las siete de la noche, Connor me marcaba y le contaba los acontecimientos del día en el instituto, hablar por teléfono era diferente a estar a unos cuantos centímetros de su cuerpo, pero esto bastaba para tener una hora de relajación oyendo su espléndida voz.

– Lo digo en serio, Valery y Sofía ya me dicen Ari ¡Cuando voy a la cafetería ellas se sientan en mi mesa y platican conmigo como si tuviera años de conocerlas! –Dije.
Se escuchó la carcajada de Connor en la otra línea.
– No seas tan mala –Comentó.
– No lo soy.
Me defendí, él volvió a reír.
– No, no lo eres –reí– tengo que colgar, ya es tarde –Murmuró.
Escondí la tristeza que me invadió regresando a la realidad.
– Claro ¿Mañana platicamos? –Sugerí.
Y pasaron unos segundos en silencio, Connor no afirmaba mi pregunta.
– Sí, mañana hablamos.
Por fin contestó, sin embargo no fue en un tono alegre, fue forzado, no sabía el por qué y aun así lo dejé pasar.
– Bien, descansa –Le dije.
– Tú también.
Abrí mi boca para decirle que lo amaba pero ya había colgado, mi corazón se contrajo, respiré y me acosté, ya mañana por fin era viernes.

Mi viernes no había comenzado de la mejor manera, había olvidado poner la alarma, me levanté cuando escuché la puerta cerrarse de un portazo y entonces supe tres cosas; que perdería la primera clase, que mi mamá ni se limitó a despertarme y aún seguía enfadada conmigo.

Entré a la escuela diez minutos antes que terminara la primera clase, saqué mi celular y le mandé un mensaje a Doreen preguntándole dónde estaba, hace días que no la veía.
Ya había terminado la segunda clase y ella no había respondido mi mensaje, frunciendo mis cejas le marqué pero tampoco respondió, quizás estaba con Brandon, eso significaba que no quería ninguna interrupción, derrotada me fui a la cafetería.

Por fin había terminado todas las clases, subí al autobús y una sensación de nostalgia me invadió ¿Por qué me sentía sola? Tenía a tres personas importantes en mi vida y aun así la soledad se aferraba en aparecer, es decir, Doreen estaba con su novio, cosa que yo no podía hacer, Connor se encontraba en su casa haciendo quién sabe qué, quizás viendo una película de acción, mi mamá estaba en su trabajo razonando cosas negativas de mi relación con Connor, todo era una asco estando sin ellos.

Me dediqué a ver las calles que apenas y se percibían por la velocidad del autobús, se puso el semáforo rojo y en una cafetería vi a una pareja sonriéndose, el chico agarró la mano de ella y colocó un beso en sus nudillos, algo dentro de mí se contrajo y un recuerdo vino a mi mente.

El director había quedado anonadado tras haber ido a otra institución y ver que tenían un taller de teatro y como es competitivo no quiso quedarse atrás, así que ahora me encontraba junto con otras cinco personas en el auditorio de la escuela ensayando un guion que había escrito la profesora Amy, seré honesta, la obra no era mala, era increíble, pero sería mejor si yo estuviera de espectadora y no de interprete.

–De acuerdo chicos –comenzó a hablar la profesora Amy– en resumen la obra trata sobre Beth, que está enamorada de Kamelon, Kamelon tiene los mismos sentimientos hacía ella, mantienen una relación amorosa, pero Kamelon sabe que tiene que irse en tres meses, se lo oculta a Beth, sin embargo, en el último día él le da la noticia, ella no resiste la tristeza de que la única persona que la enamoró por completo se vaya de su lado. Kamelon no quiere separarse de su primer amor, así que le propone que se casen y lo hacen, se casan a escondidas y cuando salen de la iglesia Giselle (que es la mejor amiga de Kamelon y tiene sentimientos por él diferentes a la amistad) le dispara a Beth al igual que a Kamelon, Giselle se acerca al cuerpo de Kamelon y se da un tiro de gracia quedando al lado de él.
– ¿No cree que es muy dramático? –Preguntó una chica que desconocía.
– El drama es lo mejor del mundo, Andrea –le respondió– ahora todos siéntense y cada uno dirá una línea de cada personaje, que corresponda con su mismo sexo y así elegiré el personaje de cada quien.
Todos le hicimos caso, nos acomodamos en la duela en forma de círculo, yo era la segunda y no me había dado cuenta hasta que el chico que estaba a mi lado se levantó y empezó a decir unas cuantas líneas. Ni siquiera le puse atención, transpiraba nervios, mis manos sudaban por el pánico que se aferraba a mí, exhalé unas cuantas veces para tratar de calmarme, pero no funcionó, se escucharon aplausos y el chico volviendo a su lugar.
– Muy bien Alex, ahora... –miró unas hojas que tenía en su mesa– Arianna Coleman.
Todas las miradas se posaron en mí, me levanté temblando, el escrito de la obra se mecía en mis manos por los nervios no controlados, temía que me desmayara, aunque no estaría tan mal, quizás evitaba salir en la obra, pero sería la burla de todos, de las dos maneras salía perdiendo.
– Puedes comenzar –Me animó la profesora Amy.
Suspiré e iba a hablar pero alguien entró corriendo al aula interrumpiéndome.
– Lo lamento profesora, tuve práctica y apenas me avisaron que me escogieron para salir en la obra.
Comentó el capitán de la escuela, Connor Khan, disimuladamente arreglé mi cabello.
– De acuerdo Sr. Khan, tome asiento.
Subió al escenario y me miró por una fracción de segundos, me sonrió de lado, mi corazón se agitó y no pude ser capaz de devolver la sonrisa, qué tonta.
– Bien Srita. Coleman, puede comenzar.
Los nervios volvieron a aparecer, si antes pensaba que haría el ridículo ahora pensaba que me daría un paro cardíaco ¿Por qué tiene que estar aquí Connor? No es que me cayera mal, ni siquiera le hablo, pero secretamente sentía una atracción inexplicable por él.
– ¿Qué está esperando Srita. Coleman? –Preguntó la profesora con disgusto.
Se escucharon unas risitas, suspiré por tercera vez.
– Seré honesta con usted profesora, yo no sé actuar, lo digo en serio, ni siquiera al nivel de ganarme el premio "La peor actuación del mundo" ni a eso llega mi interpretación, suena bien su historia y no quisiera arruinarla, ni siquiera sé por qué o cómo me eligieron.
Hablé rápidamente, cuando terminé de dar mi punto de vista todos rieron incluyendo a la profesora, fruncí el ceño ¿Qué era tan gracioso?
– ¿Segura que no quieres actuar? –Me preguntó la profesora.
– ¿Sí?
Sé que había sonado como pregunta pero estaba confundida.
– ¿Leíste las partes que le corresponden a Beth?
– No –Respondí.
– Pues eres Beth –dijo– ella es un poco desconfiada, siempre deja en claro su punto de vista y es graciosa sin querer serlo, ¿Crees en el amor? –Preguntó.
Me quedé pasmada.
– ¿Disculpe?
– ¿Crees en el amor? –Repitió.
Dudé unos minutos en mi respuesta, nunca me había enamorado pero creía en el amor.
– Claro.
Ella sonrió.
– Bien, tú serás Beth.

2 veces sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora