2- Claire - ...me enamoré de ti

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...me enamoré de ti

Mi familia fundó una heladería y ha venido de generación en generación. Por lo que ahora la encargada es mi madre. Yo trabajo aquí porque ella dice que tengo que ir aprendiendo desde ya para cuando la próxima jefa sea yo. Bueno, no estoy sola. Mi prima y mi mejor amigo también trabajan aquí. La que le dio el empleo a él fui yo. Digo, hay que ir viendo ya la forma en la que trabajaré en un futuro próximo y él fue la primera opción que tuve, pero la verdad es que no deseo esto para mi futuro.

Toda mi vida he vivido acá en Chicago, Illinois; aunque, a veces, o mejor dicho cada diciembre, tomo un vuelo hacia Londres en Inglaterra, ya que mi papá vive allá con su familia y me toca visitarlo para esas fechas.

Al menos puedo tomar un respiro de todo esto (que no me gusta) en ese mes.

Me aburro mucho, y de no ser porque aquí hay un televisor en el que puedo poner mi música favorita, capaz y me da algo de la tristeza de no hacer más nada que ir de mesa en mesa tomando las órdenes de todo el que visita la heladería.

Tengo 20 años y siento que no he hecho nada de provecho con mi vida.

De vez en cuando saco a pasear a mi canino al parque. Es una bola de pelos y se llama Snowball. La verdad es que quería adoptar a un conejo y ponerle ese nombre en honor al que sale en la película La vida secreta de tus mascotas, pero cuando vi a ese pequeñín indefenso en el refugio supe que tenía que ser el elegido. Así que lo terminé adoptando y bautizando con ese nombre. Es mi hijo. Lo cuido bastante y lo amo demasiado.

Snowball también viaja conmigo a Londres, y es mi mejor compañía en dicho lugar, porque, aunque suelo hablar con mi madrastra mucho, pues no tengo ningún conocido ahí debido a que soy demasiado tímida y me pongo nerviosa si alguien, al que en mi vida he visto, se me acerque a querer platicar conmigo.

Me gustaría ser más sociable, pero no lo logro por completo. Y eso me frustra.

Aunque, ayer entablé media conversación con un chico en el parque, quien, por cierto, se veía que era demasiado amable, pero, sobre todo, muy guapo. Y me fui rápido de su lado cuando vi que una chica se le acercó. Por lo que mi alarma se encendió y me hizo ponerme nerviosa, para al final terminar huyendo del lugar antes de que lo notaran.

Estoy terminando de atender la mesa número 2. Son dos chicos que vienen seguido y piden lo mismo. Ya ni necesidad hay de que les pase la carta. Me agrada su presencia porque son demasiado chistosos y caen muy bien.

Y también los conozco porque pertenecen a una banda de covers que es demasiado popular y buena de esta zona.

Hay días en los que este lugar colapsa y días en los que parece un desierto. Pero ahora es una mezcla de ambos. Es terminó medio. No hay muchos y tampoco pocos.

Y eso me pone feliz.

Corrección, nos pone felices.

—¿Te sucede algo? —Me preguntó Kyrre, mi mejor amigo.

—¿Qué? No, ¿por qué?

—Vamos, te conozco y andas muy distraída.

—Claro que no.

Kyrre me analizó por unos momentos, pero le bastó con entrecerrar sus ojos y hacer un ruido gracioso con su boca.

Sé muy bien que ya creó la pregunta del millón.

—¿Conociste a alguien? —sonrió de manera satisfactoria.

No sé qué tipo de poder tiene Kyrre. Pero siempre acierta en todo lo que pasa con mi vida.

¿Te quedas conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora