4- Claire - Una visita inesperada

1K 238 315
                                    

Una visita inesperada

Siento que no tengo vida social porque me la paso metida día, tarde y noche en este lugar. Y no es que me queje... Bueno, tal vez sí, pero no haga la gran cosa más que repartir helados y ver cómo las personas que vienen son felices de verdad mientras que yo tengo que dedicarles una sonrisa fingiendo que todo va bien conmigo.

Díganme, ¿eso los haría felices a ustedes?

Ya pasó una semana desde que no he visto al famoso Dylan.

He ido al parque cuando mi madre me permite ir con Snowball. No voy tan seguido. Si lo hago trabajo el doble, mi madre me explota, sí. Pero he ido y ni tan siquiera lo he visto por ahí jugando con su perrita.

Es como si la tierra se lo tragó y lo escupió lejos de aquí. Lejos. Muy lejos. Muy, muy, muy lejos.

Estoy apoyada de espaldas en la barra. Y como amo la música electrónica, he puesto Sun Is Shining a todo volumen en el televisor. No hay gente y eso me gusta porque no ando como loca de un lado a otro. Así que eso me da chance de cantar y mover mis pies al ritmo de la canción. Estoy sola ahora, Kyrre pidió permiso este día por algo que haría con no sé quién, por lo que tal parece que a todos se les dio la gana de abandonarme este día y nadie ha aparecido aún, ya que Ginny sigue yendo a la escuela y no viene tanto.

En ese momento, sentí que una mano tocó mi espalda y, antes de girar mi cuerpo completamente, una sonrisita se esbozó en mi rostro. Si es lo que estoy pensando sería maravilloso. Así que terminé de girarme y claramente... no era Dylan.

Puchica mano.

—¿Conan? —lo miré sorprendida.

—Hola, Claire —me sonrió a medias —. Quise pasar a saludarte.

Había quedado en shock porque tenía años de no ver a Conan. Él es el chico que me gustaba en mis años de escuela, ya que pasé enamorada de él durante dos eternos, largos y agobiantes años. Y, bueno, nada terminó bien entre nosotros y él se terminó yendo y yo quedándome con todo el amor en las manos.

Viéndolo bien, Conan ha cambiado y mucho. Su cabello ahora está un poco más largo, ya que siempre ha sido rizado, por lo que estos caen por su frente, y también ha aumentado un poco a mejor respecto a su masa muscular.

Pero ¿qué hace aquí? Justamente en un pésimo momento. Y justamente hoy.

—Pero tú estabas en...

—Alemania. —Terminó de decir por mí —. He venido a visitar a mis padres, pienso quedarme un tiempo aquí.

No sabía qué más decirle, ya que pensé que, para estos tiempos, aún estaría enojado conmigo por cómo resulté la última vez que hablé con él.

—Sé que estás pensando muchas cosas en este momento —siguió hablando al ver que yo no estaba muy dispuesta a seguir con la plática —, pero yo no te guardo ningún rencor. Simplemente quiero llevarme bien contigo y hacer nuevamente las paces.

¿Quiere hacer las paces?

¿Conmigo?

¿Por qué?

Si es más que claro que la que tendría que disculparse con él soy yo.

—Bien —asentí —, pero...

Me interrumpió nuevamente.

Y es que él es la típica persona que no te deja hablar. Siempre le ha gustado ser el centro de atención y cada vez que tú le dices algo, él lo evade y se vuelve a centrar en sí mismo. Al menos eso no lo ha cambiado y es un poco irritante.

¿Te quedas conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora