37-Dylan - Adiós

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Adiós

Mi mente me decía a cada rato que nunca iba a regresar, pero mi corazón sentía la esperanza de que cualquier día aparecería y me diría que fue una broma, que se quedaría conmigo. Pero, no. Ya pasaron dos años y cada vez hay menos posibilidades de que eso suceda. Clairy nunca volvió.

Hoy es mi graduación, por fin. Hace un mes que entregué mi proyecto final, es decir, el videojuego en el que plasmé mi historia con Claire.

Va así: El personaje tiene que pasar por muchos obstáculos (bombas de helado, mosquitos, nubes que tiran rayos y estrellas que lanzan flechas). Y todo para llegar al final donde se encuentra la princesa, darle un beso y que se vaya sin decir nada. Por lo que, él se queda solo y se marcha después de todo en modo achicopalado. Es un final trágico, pero real.

El licenciado me dijo que mi videojuego quedó en la segunda posición de los mejores, el primero fue el de Edson y me siento orgulloso de mi amiguito. Los primeros tres lugares tendremos una gran oportunidad de firmar un contrato para que salga el videojuego a la venta, y no saben lo feliz que me siento al saber que cumplí mi sueño a pesar de todo.

Pasé todas las materias sin necesidad del plan B de mi padre. Lo cual se vuelve bueno, ya que, hasta el día de hoy, me arrepiento en serio en haber tomado esa decisión de decirle que sí a mi padre, quien nunca me deja vivir tranquilo por eso, porque me saca en cara el dinero que pagó solo por ser un estúpido que no pudo pasar bien una materia.

Me costó mucho poder concentrarme y actuar como si nada me pasara. No duermo bien desde hace dos años, mi aspecto ha cambiado a uno vacío, no triste, pero no soy el mismo de antes y me consta, porque todos me lo dicen a cada rato.

Todo en mí se apagó. Se los puedo asegurar

Iba seguido al aeropuerto porque nunca perdí la esperanza de que ella se bajara de un avión, así que esperaba sentado en las sillas de espera a que ella regresara conmigo cada diciembre, pero ella nunca lo hizo. Jamás bajó. Jamás regresó acá a Illinois. Jamás regreso a mi vida de nuevo.

Mi relación con mis amigos es igual, total ellos no tenían la culpa de nada. Aunque a Phoebe me ha costado mucho perdonarla, ya no le hablo como antes, pero poco a poco voy superando que no me dijo nada sobre ya saben quién.

Jacob, no creo que haya sabido nada tampoco y los demás peor. Y tampoco me detuve nunca a preguntarles, porque, después de todo, qué sentido tenía ya eso. Ya es muy tarde.

Así que el único imbécil culpable soy yo, por creer y caer en todas sus mentiras de que me amaba, de que era el amor de su vida, y todo eso.

Alguien tocó la puerta y fui a abrirla, supongo que ha de ser mi familia, ya que, sorpresa..., estarán en mi graduación, obviamente.

—Hola, corazoncito —Genevieve me abrazó.

Bueno, no son ellos, me equivoqué.

—Hola —le respondí.

—Pon una mejor cara, Dyl. Te vas a graduar por fin de la carrera que siempre me contabas cuando éramos unos niños. —Apretó mi cachete y yo quité su mano con un poco de delicadeza. Nadie tocaba mi rostro aparte de... ajá —. Recuerda que después toca celebrar y ya sabes que nos tenemos que emborrachar bien para disfrutar como se debe.

Estos últimos años he bebido más de la cuenta. No acostumbraba a hacerlo, pero desde que cierta persona morena se fue me sentí mejor al hacerlo. Solo así podía olvidarla un poco.

Genevieve ha sido mi compañía desde ese entonces; como siempre ella quedándose para subirme el ánimo. A veces pienso en que, qué hubiese pasado si me hubiera quedado con ella a pesar de todo, porque estoy más que seguro de que nada de esto que siento ahora me estaría jodiendo la vida si nunca hubiera conocido a aquella mentirosa.

¿Te quedas conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora