De mal a peor
Alguien llamó a mi puerta, pero no pienso levantarme para nada. Estoy demasiado cómodo hundiéndome en mi tristeza, sintiendo que el peso de todo se me viene encima. Gran plan el mío, la verdad.
Al fin pararon de tocar, pero mi celular comenzó a sonar ahora.
Suspiré. Podría ser cualquiera, aunque si me dieran a elegir, me gustaría que fuera Claire. Pero es más fácil que me llame el diablo (o sea, Genevieve) que ella. Y en verdad quisiera saber cómo obtuvo mi número, ya que sé muy bien que Source o mi hermano no han de haber sido capaces de dárselo.
Miré quién carajos podía ser, pero rodé mis ojos al saber que era Phoebe.
Dylan: —¡Cómo jodes! —respondí, poniendo la llamada en altavoz sin moverme de la cama.
Pheebs: —¡Estúpido, abre la puerta! —exclamó mi adorada mejor amiga.
Dylan: —Quiero estar solo... —me interrumpió.
Pheebs: —¡Tienes que ir a traer a Happy a la veterinaria!
Mierda.
De todo lo que podía olvidarse en mi miseria, tuvo que ser lo más importante: mi perrita.
Dylan: —Voy ahorita. —Le colgué.
Me obligué a salir de la cama, agarré mi cartera, las llaves del coche y me dirigí a la puerta.
Apenas abrí, Phoebe me escaneó de arriba a abajo y frunció el ceño.
—¡OMG! Te ves tan acabado.
Le puse mala cara, pero no podía contradecirla. Seguía con el mismo pantalón de pijama, una sudadera arrugada y unas chanclas negras. Ni siquiera me había bañado.
Creo que si hago un tuit solo pondría: Achicopalado nivel leyenda.
—¿Ya comiste al menos?
—¿El helado de fresa cuenta?
Phoebe me miró con desaprobación.
—No, pero ya es algo. Anda, vámonos.
Nos subimos al coche, y en cuanto encendí el motor, mi martirio comenzó. Phoebe cantaba a todo pulmón una de Justin Bieber y yo quería aventarme del auto en movimiento.
Me sentía fatal, y a ella no parecía importarle.
En eso recordé la llamada terrorífica que cualquier hombre podría tener en su vida: la de su ex novia.
La innombrable.
—Me dijo que me extraña —le dije en voz baja.
Phoebe giró el rostro, fulminándome con la mirada.
—¡Qué no moleste!
—Me da risa, Pheebs. Es solo que, ¿cómo consiguió mi número? No creo que uno de mis amigos o mi familia se lo haya dado. Si es así, juro que tomo un vuelo a Nashville ahora mismo solo para reclamarles.
—Yo tampoco creo que haya sido uno de ellos. Justo ahora, cuando ya debería estar todo en el pasado.
Ahora que lo recuerdo, no le he contado a Phoebe que Genevieve está viviendo de manera temporal en la mansión de mi papá.
Suspiré.
—¿Por qué me llamó?
Me estacioné frente a la veterinaria.
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¿Te quedas conmigo?
RomanceDylan Harper, un estudiante universitario que sueña con ser animador digital, busca dejar atrás un pasado lleno de sombras. Claire Avery, una joven reservada que trabaja en la heladería de su familia, sueña con escapar y dedicarse al diseño de modas...