20- Claire - La llamada que cambió todo

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La llamada que cambió todo

Hemos seguido saliendo bastante con Dylan. Bueno, solo vamos a la pequeña casita improvisada de la playa, pero con eso es tenerlo todo, saben. No saben lo feliz que me siento a su lado, porque su compañía para mí, lo significa todo y me hace sentir segura todo el tiempo.

Él se ha convertido en mi lugar favorito.

De lo feliz que me siento, es que he creado muchos bocetos desde ayer; porque siempre que me siento bien es que puedo dibujar, y de paso hasta pintarlos igual. Y es que, ¿cómo no estaré contenta después de todo lo que me ha hecho sentir una persona en tan poco tiempo?

—¡Qué lindo! —besé la página.

—¡Hello, hello! —Kyrre apareció junto a mi mamá.

—Hola —les sonreí emocionada —. ¿Cómo les fue hoy? —me puse de pie y los abracé.

—¿Tas bien? —Kyrre me miró extrañado.

—¡¿Estás enferma?! —mamá me puso su mano en la frente para comprobar si tenía fiebre.

—No —me reí —. Estoy bien, muy bien, mega bieeen.

—¿Segura? —me preguntaron ambos, extrañados de mi forma de actuar.

—Claro que lo estoy, ¿por qué me miran así?

Ambos se miraron, pero poco tiempo faltó para que Kyrre reaccionara y sonriera después de todo. Creo que cayó en el veinte del porqué estoy así de feliz.

—Ya —asintió varias veces —. Estás así por Dylan.

—¿Quién es Dylan? —preguntó mi mamá —. Oh, espera —reaccionó al instante —. ¿Es el muchachito de la vez de la fiesta?

Aplaudió Kyrre una vez y silbó al mismo tiempo.

—Tiene usted toda la razón, señora Hope.

—¡¿De verdad?! —abrió en grande sus ojos, que hasta le brillaron —. ¡¿Él es tu novio?!

—No, no, no —le dije rápido —. No lo somos.

—Pero quieren —Kyrre sacudió sus cejas rápido.

—Obvio que quieren —apareció Ginny comiendo una golosina —. Si hasta ya cubrió una pared entera de bocetos por la felicidad que le provoca él. Digamos que Dylan le da inspiración a Claire para crear arte —se rio.

Por primera vez, no le rezongué a Ginna por meterse en mis asuntos, precisamente, porque esta vez, tuvo demasiada razón.

Dylan me inspira para crear lo que más me gusta hacer.

Perame, que llorooo.

—Bueno, ahora de que por fin deliras por alguien que vale la pena —me dio una bolsa de las que traía del super —, eres libre de salir con él cuando quieras.

—¿De... de verdad?

Miré a Kyrre y él al igual que yo, no se lo podía creer.

—Sí, hija. Ahora Ginny ya salió de clases, ella puede ir más seguido a trabajar, porque, que ni que piense que estará todo el día metida aquí viendo películas con Eliza.

—¡No! —reaccionó la otra —. ¡Eso sí que no!

—Ni modo, primita. La vida es así de injusta. Ves cómo poco a poco te vas dando cuenta de eso —le sonreí con una enorme satisfacción.

—Pero...

—¡Pero nada! —le gritó mi mamá.

—¡Uhhhh! —dijimos Kyrre y yo al mismo tiempo en tono burlón.

¿Te quedas conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora