21- Dylan - Una tarde maravillosa

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Una tarde maravillosa

Qué frío más tremendo hace últimamente. La nieve ya se apoderó de toda la ciudad. Lo cual me gusta, pero eso de andar temblando no es lo mío.

Hoy fui por última vez a la universidad, terminé de entregar muchas tareas igual. Todo lo que no hice en el ciclo, lo hice en un día. Con presión todo se hace rápido. Los resultados los darán en unas semanas y me siento super nervioso. Ya que, sé perfectamente que voy a dejar la materia de don perfección.

—¿Entregasteis todo ya? —Jacob puso su brazo en mi hombro.

—Todito —suspiré —. ¿Y tú?

—También. Oye, Dylan, ¿qué pensáis hacer en unos días con Claire?

—¿Te refieres a lo que te platiqué anoche?

—Exacto —sonrió de lado.

—Necesitaré de su ayuda para que vayan a arreglar el lugar. Y bueno, supongo que después les diré todo, o pregúntale a Phoebe, ella sabrá explicarte mejor, ya que me dijo que se encargaría de la decoración.

—Esta es la primera vez que todos te vemos así de enamorado, cabrón —me apretó la mandíbula con su mano —. Em sento molt feliç per tu.

—Gracias, Jake.

De vez en cuando sí le entiendo a Jacob cuando habla en catalán, y es que me he acostumbrado tanto a convivir con él, que eso ya es de todos los días, y es por eso por lo que las palabras que dice en su idioma se me quedan rápido y las sé interpretar.

—Nos vemos luego, iré a llamarle a mi mamá, antes de que lo haga ella y me grite por casi nunca hacerlo.

—Adiós, pues.

—Bye, cielito —apretó mis cachetes y huyó antes de que le pudiera dar un golpazo.

Estaba a punto de llegar a mi coche y vi que una persona elegante se bajó de otro. Así que, me apresuré en llegar más rápido al mío.

¿Cómo es posible que hasta en la universidad se me aparezcan los fantasmas de mi pasado?

—Dylan —me llamó Genevieve.

—¿Qué quieres? —me apoyé sobre mi coche.

—Hablar contigo.

—¿Qué te hace pensar que quiero hablarte?

—Mira, la regué y lo siento en serio, pero te he extrañado todo este tiempo y me siento mal conmigo misma por todo el daño que te hice.

—Bien, si eso es todo —abrí la puerta del coche —, adiós.

—¿Acaso te gusta alguien más? ¿Te gusta la chica del otro día? —me preguntó de golpe y cerré con todas mis fuerzas la puerta.

—Escúchame bien, Genevieve. Tú —la apunte con mi dedo —, no eres nadie para hacerme ese tipo de preguntas. Hace tiempo que nosotros no somos ni amigos ni enemigos, simplemente no somos nada. Así que, te pido de la manera más amable del mundo que, por favor, dejes de meterte en mi vida y de buscarme. Es más, pierdes todo tu tiempo, yo ya me olvidé de ti. —Solté una risa amarga —. Espero que cuando me dé la vuelta no me tires nada.

—Yo vine acá por ti, hice de todo para estar aquí frente a ti. No puedes dejarme así por así.

Comenzaba a desesperarme, por lo que me humor iba cambiando a uno más irritado ya.

—Gen, ¿que acaso no entiendes nada? Te estoy diciendo que...

—Claire Avery Shine, tiene 20 años y trabaja en una heladería —sonrió de lado.

¿Te quedas conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora