Los días en la granja pasan muy rápido. Choco se recuperó por completo de su infección y yo me voy haciendo al trabajo que se me ha asignado hasta que Juliana esté en plena forma. Seguimos con nuestros tira y afloja, como siempre... Imagino que eso no va a cambiar nunca; bueno, sí: el día que me vaya. Poco a poco ella se va recuperando, aunque sigue sin hacer ninguno de sus quehaceres habituales porque, cuando lo intenta, la regaño como a una niña pequeña. Lo único que hace es levantarse y salir a la terraza; a veces se da algún paseo... pero nada más.
Después de pasar un mes aquí sola, este fin de semana van a venir a visitarme Sofía y Sergio. Ya tengo ganas de verlos, lo único que me queda por concretar es dónde van a alojarse.
—Buenos días, Juliana. Quería hacerte un par de preguntas —le digo a la hora de desayunar. Esta semana ha comenzado a hacerlo con nosotros.
—Buenos días. tu dirás
—¿Hay algún lugar en el pueblo donde puedan hospedarse mis amigos? Van a venir a visitarme este fin de semana.
—Pueden hacerlo aquí, no hay problema. Hay sitio de sobra.
—No queremos molestar...
—No es molestia, Valentina.
—Gracias. Puedes descontarme lo que creas oportuno de mi salario por la manutención y el hospedaje...
—No es necesario —dice ella, aunque sin ser especialmente amable. La simpatía no es uno de sus fuertes—. Tus invitados serán bien recibidos. ¿Algo más?
—Quisiera saber si hay algún problema con que me coja el sábado libre. Nos gustaría acercarnos hasta Cuernavaca, salir a tomar algo y disfrutar algo.
—Saben que está distante, ¿verdad? —preguntó, y creo que parece haberle molestado mi decisión, aunque no la entiendo muy bien.
—Sí, ya sé
—Por mí no hay problema, pero el domingo por la mañana, si hay alguna urgencia, tendrás que estar operativa, por lo que creo que no deberías beber en exceso.
—Perfecto —respondo sin estar muy convencida. No me hace mucha gracia, parece querer controlar mi noche, pero acepto. Mejor eso que nada.
Desayunamos y, al terminar, le mando un mensaje a Sofi contándole que está todo arreglado. Tengo muchas ganas de verlos. Este mes ha sido un suplicio y, aunque hemos hablado con bastante frecuencia, volver a ver a mi querida amiga va a ser inmejorable.
El viernes me paso todo el día como en una nube, mirando el reloj, deseando que llegue la hora. Ellos salieron sobre las tres de DF y, aunque me dijeron que no han sufrido atascos a la salida, se están retrasando. Cuento los minutos mientras espero y a las nueve y media llamo a Sofía.
—Cielo, ¿dónde estan?
—Hola, Tyni. Tranquila, estamos cerquita. Hay un accidente, pero ya no nos queda nada. Pronto llegamos allí.
—Menos mal, ¡ya pensaba que no llegaban!
—¡Noooo! Ni loca me pierdo este fin de semana.
Las dos nos echamos a reír y después nos despedimos.
En cuanto oigo el coche, bajo de inmediato a abrir la puerta y me lanzo a los brazos de mi amiga. Ella me estrecha fuertemente y nos saludamos con efusión, casi gritando de alegría.
¡Cuánto la he extrañado! ¡Esos abrazos suyos de osa amorosa!
—Mi Tyni, estás más delgada... —me dice ella, apartándose un poco para mirarme bien.
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Mi Granjerita (Terminada)
FanfictionValentina acaba de perder su empleo en la clínica veterinaria, pero está decidida a retomar sus estudios y finalizar de una vez por todas su carrera, sin embargo se deja embaucar de nuevo por su amiga Sofía para trabajar en una granja en Tepoztlan...