34 Hasta el final

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El domingo, levantarme de la cama es un suplicio. El golpe entre las costillas y la espalda me duele bastante, pero tenemos que irnos y la profesora Moreno, tras pedirme mil veces perdón, me prepara la parte de atrás del vehículo reclinando los asientos traseros, para que vaya más cómoda.

Me despido de todos. Juliana casi ni se acerca, sólo me dice adiós con cordialidad, y casi lo prefiero. No necesito más sermones ni nada por el estilo. Me tumbo en el coche y, cuando ya abandonamos Tepoztlan, suspiro. Me encanta este lugar y me da paz. No he podido despedirme de Black, pues apenas me tengo en pie. Siento lástima, espero poder volver algún día. Tras varios kilómetros, cierro los ojos e intento descansar.

Voy sumida en mis pensamientos, en un estado dormitada, escuchando música.

—¿Qué te ocurre? —me pregunta Rosie.

—Nada, pensando en el trabajo de grado y en otras cosas, de paso se me acaba de terminar la batería del móvil. Estaba escuchando música —contesto, resignada.

—Si te sientes mal avisas y nos detenemos, trata de no pensar en lo malo, sino en lo bello de la granja, que viste a tus animalitos y que puedes adelantar mucho en tu trabajo de grado.

—Gracias. Tranquila

—Val, tienes un power bank ahí detrás —me indica Alma.

—Gracias.. —Como puedo me incorporo hacia el maletero y saco el equipo del bolso y pongo a cargar el móvil mientras me acomodo un poco con la almohada que me traje, me recuesto de nuevo y comienzo a escuchar la música que traen en el equipo de la camioneta; sin querer, pienso en muchas cosas, sobre todo en el consejo que me dio Camilo... y también en lo que me dijo un día Sofía. Estoy muy confundida, quizá mi sueño esté en el pueblecito que acabo de abandonar. Ahora ya no lo sé, pero lo que sí tengo claro es que lo primero y primordial es centrarme en terminar la carrera... y eso, definitivamente, es lo que voy a hacer. Después tomaré una decisión, aunque signifique dejar mi carrera o dejar el amor.

El viaje al champiñon se me hace cuesta arriba, cuando mi mejor amiga ve el estado en el que llego, casi se muere de risa, pero mi cara de pocos amigos hace que se lo piense mejor.

—Pero, Tyni, cariño, parece que te atropelló un camión.

—Me golpeó Black —le respondo, malhumorada.

—WTF!!!! Ohhh sorry. Fue muy fuerte? Llamamos a un médico?.. mejor descansa ponte cómoda.

—Llevo desde ayer así, ya hoy me siento un poquito mejor, pero me duele todo el cuerpo, sinceramente no puedo descansar más. Me tomaré una caja de ibuprofeno o lo que haga falta, pero tengo mucho que estudiar.

—¡Estás loca, Tyni!

—Tal vez lo estoy, pero ya perdí mucho tiempo con el viaje y todo lo demas.

Evitando la reprimenda que sigue soltándome, entro en mi habitación y, tras tomarme el antiinflamatorio, me pongo a estudiar y a seguir con el TFG. Debo reconocer que este último lo llevo bastante bien y, aunque me hubiera gustado avanzar más este fin de semana, he intercambiado impresiones con Camilo durante mi convalecencia de ayer; hemos tratado algunos aspectos importantes, además de animarme a plasmar en el documento mis experiencias tanto en la clínica veterinaria como en la granja. Dice que enriquecerá el contenido y que lo sabré defender con mayor soltura en el examen oral. Eso espero; quizá ésa sea la parte que más miedo me da, el momento de estar ante el jurado, exponiendo el trabajo.

* * *

Los días van pasando rápidamente y, pese a que mi recuperación ha sido bastante más larga de lo que me hubiera gustado, ya estoy en plena forma. Bueno, físicamente, porque mentalmente cada día estoy más derrotada. Apenas duermo y mi cabeza está sufriendo lentamente las consecuencias.

Mi Granjerita (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora