Abro los ojos, confundida. Juraría que ayer me quedé dormida sobre el lomo de Black, pero estoy en mi cama. Quizá fue un sueño, ya no lo sé. Sí, eso va a ser... ¿o no?
No. Anoche fui a ver a mi chico, me recosté encima de él y ya no recuerdo más.
Entonces ¿Cómo llegué aquí? Y, lo peor ¿si me pasó algo?. Ese té de hiervas y la pastilla para el malestar que me tomé me debieron caer mal. Me levanto como un resorte y compruebo si tengo la misma ropa que llevaba puesta y, sí, mi pijama sigue en su sitio. Aunque, bueno, eso no es garantía de nada; me lo han podido quitar y volver a poner.
¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!..Tengo que averiguar quién me trajo a la cama. Salto, literalmente, de ella y, tras darme una ducha rápida, bajo a la cocina. Allí está Renata.
—Buenos días, señorita. ¿Un café?
—Buenos días. No, gracias. ¿Sabe dónde está Juliana?
—Salió temprano. Creo que tenía que hacer algo urgente, pero me dijo que no tardaría en regresar...
—Vale, gracias. Voy a trabajar. ¿Serías tan amable de decirle, cuando llegue, que la busco?
—Claro. No se preocupe, pero debería desayunar algo.
—Quizá más tarde.
La verdad es que tiene razón, ayer al final no cené nada, pero tengo el estómago cerrado. Estoy nerviosa por lo que ha podido pasar. Quizá no ha sido nada, pero ¿y si...? Intento borrar de mi mente cualquier cosa. Darle vueltas a eso no me ayuda nada. Decidí ir a trabajar un poco; tener la mente ocupada me liberará de pensamientos negativos.
Al llegar al establo me encuentro con mi peor pesadilla: Fermín. Cada día que pasa le tengo más manía.
—Vaya, vaya..., si estás limpia. Francamente, me gustas más empapada en mierda, te sienta muy bien.
—Eres un pinche carbón, pendejo. Tú eres el culpable de todo. ¡Me engañaste!
—En eso te equivocas: eres tú la que me puso algo en la comida. Yo sólo me he vengado usando lo que más te duele —suelta el muy sinvergüenza.
—No es cierto —contesto, aunque sea verdad.
—Mira, Tyni, princesa o el nombre que prefieras... —dice, acercándose tanto que comienza a darme miedo su cara. Su expresión se vuelve inquietante—. Tú y yo sabemos que sí que lo es: me echaste algo en la comida, imagino que algún laxante para animales, así que haz el favor de no meterte más conmigo si no quieres que el ternero sufra algún accidente antes de tiempo, ¿me entendiste?
No le respondo; estoy un poco intimidada y no me salen las palabras.
—Dije que si me entendiste
—¿Qué chingados está pasando aquí? —preguntó Juliana, apareciendo de la nada.
—Nada, jefa. Manteníamos una conversación amistosa, nada más.
—No me parece amistosa, más bien diría que la estabas amenazando. Fermín, no molestes mas. Esta guerra que se traen, se tiene que acabar, se los dije el otro día y, si no le ponen remedio, voy a tener que hacerlo yo de manera drástica, así que ustedes deciden.
—Claro —contesta él.
—Y la próxima vez que se te ocurra amenazarla, estarás despedido.
—Lo siento, se me fue un poco de las manos...
—Estás advertido.
Fermín no dice nada más y se marcha, imagino que molesto. Doy gracias por que Juliana haya aparecido en ese instante; si no, no sé qué habría sucedido. Me coge del brazo con cuidado y me lleva a un lugar apartado. Aún estoy atemorizada.
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Mi Granjerita (Terminada)
FanficValentina acaba de perder su empleo en la clínica veterinaria, pero está decidida a retomar sus estudios y finalizar de una vez por todas su carrera, sin embargo se deja embaucar de nuevo por su amiga Sofía para trabajar en una granja en Tepoztlan...