31 Brincos

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Es increíble que haya aprobado tres asignaturas: las dos obligatorias y una optativa, con lo que he obtenido diecinueve créditos. Además, acabo de enterarme de que, al haber trabajado en la clínica de don Camilo, tengo convalidadas las prácticas de rotatorio clínico, que son quince créditos, por lo que, para conseguir los sesenta créditos que necesito para terminar este curso y licenciarme, sólo me faltan veintiséis. Si tengo en cuenta que seis son del TFG y que tengo que escoger para este cuatrimestre la asignatura obligatoria que me queda, que son ocho créditos, me quedarán aún doce a distribuir, pero decidí hacer más prácticas, así podré estudiar un poco menos. Al final tengo sólo tres asignaturas, además del trabajo de fin de grado.

El problema del TFG es que, al contar con la ayuda de don Camilo, necesitaré su supervisión. La profesora Moreno me ha comentado que, al tener tanta experiencia en la clínica y en la granja de Juliana, debería aprovecharla y plasmarla en el trabajo; seguro que lo valorarán mucho. También me pidió un favor y no pude negarme. Me hizo saber que tiene una alumna ejemplar y quiere que don Camilo también sea cotutor de su proyecto. Él no puso ningún pero, cuando quede con él, esa alumna también tendrá que verlo para documentarse y firmar el proyecto. Don Camilo vendrá a DF, pues yo no tengo ninguna intención de ir a Tepoztlan. Me dijo que sí, que vendrá a la capital cuando lo necesite.

Mis días son todos muy parecidos; cuando comienzo las prácticas, éstos resultan un poco más amenos, pero eso no dura mucho tiempo. Ahora sólo estudio y voy a la facultad. En definitiva, dedico mi tiempo por completo a mi carrera. Me he propuesto finalizarla en junio; es un gran reto, pero es lo que deseo. No hay ni una noche en la que, al acostarme —generalmente a las dos o las tres de la madrugada, pues mis horas de sueño se han limitado ya a tres o cuatro—, no piense en Juliana, aunque desde que don Camilo me pasó el teléfono aquel día no hemos vuelto a tener ningún tipo de contacto. Sofía me sigue repitiendo una y otra vez que soy idiota, y a veces pienso que sí, pero el destino se encargó de que fuera de este modo.

«No, perdona, bonita: el destino no, fuistes tú y tu cabezonería.»

«Ok, fui yo, pero no quería poner a nadie en ningún compromiso y después...»

«Después no supiste recular y, ahora, en lugar de mandar un mensaje y decir: "¿Cómo estás? ¿Cómo te va la vida?ˮ, prefieres seguir imaginando qué será de ella», Empieza la conciencia.

No quiero darle más vueltas. Han pasado casi cuatro meses desde que me fui; nuestra vida sigue y, quién sabe, quizá incluso se haya acostado con Fabiola, su ex, para aliviar sus penas... o tal vez haya encontrado a otra. Por mucho que piense en sus palabras, no creo que fueran del todo ciertas: me cuesta creer que se enamorara de alguien como yo.

«¡Ya salió la víctima que llevas dentro! ¡Espabila!»

—Hola, Tyni, ¿qué haces? —irrumpe en mi cuarto Sofía, salvándome de otra discusión mental con mi conciencia.

—Bueno, aquí estoy con el TFG, estudiando y cansada. Tengo que hablar con don Camilo y citarme con él. Me gustaría que viniera este fin de semana. Tengo que adelantar algo y pues verlo.

—¡Humm! Quizá podrías ir tú a Tepoztlan. Te vendría bien cambiar de aires, cariño. Tienes cara de muerta, ya lo sabes...

—¡No empieces! ¡Te lo suplico!

—Sólo te digo la verdad. Ver a tu granjerita te aliviaría muchas tensiones...

—No lo creo. Además, no cambiaría nada entre nosotras.

—Entonces, si no cambiaría nada, vete. Te vendrá bien respirar el aire un poco más limpio...

—No voy a hacerlo

Mi Granjerita (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora