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—Cállate y sácame de aquí amorcito—dijo con voz dulce, Josh estaba llorando, quería gritar y llorar—vamos a tu casa, mas especifico, a tu cuarto, tengo años sin tocar a alguien—Tyler se acerco por detrás de Josh y se pego a su cuerpo, sintiendo el olor a flores del menor—hueles tan bien, como lo recuerdo—el castaño lo olfateó un momento—vámonos Josh—dijo y camino detrás de él, Josh con lentitud empezó a caminar—si haces algo estupido te meto una bala en la cabeza—advirtió y ambos salieron de la habitación, Josh miraba a sus colegas ir de un lugar a otro, quería pedir ayuda, pero no quería morir—llévame a tu auto—menciono y Josh lo obedeció, llevándolo al estacionamiento, donde estaba su auto, Tyler le puso las esposas a Josh y lo subió en los asientos de atrás.
—Ty-Tyler, ¿a don-dónde vamos?—pregunto asustado, Tyler prendió su auto y empezó a manejar algo rápido.
—Mi rosita blanca, siempre tan inocente como siempre—Tyler se orillo y apagó el auto, toco con sus manos las mejillas de Josh, observaba fijamente al menor, contaba cada peca de sus mejillas, su respiración se acelero cuando se fue acercando poco a poco a Josh, tantos años deseando tenerlo tan cerca—siempre tan precioso, cuando dije que no fueras a visitarme, era mentira, te extrañe mucho—Tyler se acerco y le dio un beso cargado de muchas emociones, tantas cosas que pensó todos estos años en hacerle al menor—sabes tan bien, maldita traicionera—le dijo mientras le daba una leve cachetada, Josh se hizo pequeño en los asientos, Tyler volvió a poner en marcha el auto, después de algunos segundos el castaño hablo.
—¿te imaginas todo lo que hubiéramos pasado juntos? Si no hubieras hecho eso, este mes tendríamos casi 7 años de casados, tal vez tu trabajarás en el hospital, y yo en lo mismo, nuestros hijos ya grandes, ir de vacaciones, tantos cumpleaños juntos, tantas noches en nuestra cama, compartiendo buenos momentos, hubiéramos tenido una buena vida—dijo con nostalgia, todos aquellos años que paso encerrado soñaba con esa vida con Josh—pero el hubiera ya no existe, ahora vengo a cobrar cuentas contigo florecita, sabes muy bien a donde vamos y que voy a hacer—le dijo y Josh empezó a llorar—cállate, si no voy a parar el auto aquí mismo y te voy a follar—el peli negro se calmo un poco.
—No-No Tyler, hazme lo que qui-quieras a mi—rogó el menor tratando de no volver a romper en llanto, Tyler lo miro por el espejo.
—¿Lo que sea?—le pregunto con una sonrisa coqueta.
—Si Ty-Tyler, lo-lo que quieras pero no le hagas daño—el castaño hizo un gesto pensativo.
—Mmm... no lo se, ¿que podría querer de ti?—pregunto el mayor sintiéndose muy ansioso.
—¿Se-Sexo?—cuestiono y Tyler sonrió el doble.
—Obvio que no pequeña florecita, quiero más que eso—contesto a punto de llegar a la casa de Josh—¿hay alguien en tu casa a estás horas?—pregunto y Josh negó, su madre llegaba en dos horas más.
