Isis y Diego luego de tantos malos ratos han llegado a la cima de su carrera.
Sin embargo, al momento que Aranaga llega al Hospital central de Caracas como una de las mejores cirujanas generales y se entromete en la vida y carrera de Carrasquero sin...
Diciembre suele ser el mes favorito de todos a mi alrededor, incluyéndome.
A Dani, mamá, Lu, Nat, Luis y Rose le encantan por las fiestas, los regalos y la comida.
A Marie y a mí porque en esta época la gente es más descuidada. Los niños se tragan cosas y las abuelas sufren de arterias tapadas por la comida, aunque ellos los disfrazan con "a mi nieto le gustan los chicos", y eso es demasiado absurdo. Y claro está, por la comida.
El hospital está decorado con muchas luches, adornos y regalos falsos de navidad, tanto así que me duele la cabeza de solo mirar, y eso que no he ido al área de pediatría.
—¡Feliz espíritu de la navidad! —entra Isis a la habitación de descanso con un gorrito de navidad repartiendo galletitas.
Okey, ella también ama la navidad.
—No puedo con tu aura tan... navideña—le comento colocándome los anteojos.
—Porque eres un amargado—se queja Luis a mi lado—Feliz espíritu de la navidad—le sonríe el hombre a mi lado.
—No debería de darte galletas—Isis se para frente a mí.
Yo me cruzo de brazos alzando una de mis cejas.
—¿No me lo merezco? —pregunto con superioridad fingida.
Y es que hace casi un mes fue la operación del hijo del presidente, el hospital estaba repleto de periodistas. Aunque tuve algunas complicaciones salió mejor de lo esperado y eso ha hecho que el hospital sea el ojo del país ahora, nos ha traído mucho trabajo a todos y reconocimiento a mi nombre.
Después de esa intervención, cuando salí hablar con la prensa, sentí que había cumplido con todo, sentí que ya había llegado al punto más alto de mi carrera y no me arrepentía de nada.
Era el joven doctor de 35 años que acababa de hacer una cirugía exitosa a una persona importante y eso era fantástico.
—Ególatra —la mujer me extiende el paquete de galletas de mala ganas. Pero todos sabemos que está fingiendo.
—Gracias—le sonrío.
—Se dice: feliz espíritu de la navidad—con esto último me da la espalda para seguir repartiendo sus galletas.
Sonrío y la observo. ¿Cómo puede ser tan poderosa y adorable al mismo tiempo?
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24 de diciembre de 2021
No sé cómo carajos me vi enredado en una cena de navidad, pero sospecho que fueron las mujeres a mi alrededor.
Estamos todos en mi departamento, cada uno se encargó de una parte de la cena, aunque para ser sincero nunca supe lo que me tocó a mí, mi madre y Dani se encargaron de todo eso.
