Lluvia

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Soy lluvia. La lluvia que cae en esta agradable y solitaria noche algo oscura.
Me disperso por doquier con las finas gotas de agua. Así llegando a cualquiera.
Toco a cada una de las personas que se encuentran caminando en estos momentos.
Me deslizo delicadamente en ellos. En sus cuerpos, en sus almas y pensamientos. Puedo notar sus sentimientos, me atrevo a decir que ante mí son expuestos.

Tú que te encuentras mirando el cielo, ¿qué observas tan concentradamente en el?
Persivo tu anhelo, deseas algo inmensamente.

Tú, que analizas esta noche a través de la ventana. Persivo tu cuerpo completamente lleno de melancolía. Disfrutas el hoy con dolor, pero aún así te gusta. Como la sonrisa que tienes justo ahora en tu rostro con los ojos tristes llenándose poco a poco de lágrimas.

Tú, que te encuentras justamente debajo de mí. Detienes de tu andar. Solamente para bajar por un momento el paraguas que cubre tu anatomía de mí. Y levantando tu cabeza hacia arriba, con los ojos cerrados, me dejas llegar por completo a ti.
Decides dejar ir el día de hoy y lo agotador que fue. Decides permitirme lavar, al menos por hoy, la presión. Como algún tipo de cura, decides con tranquilidad, que me deshaga de todo aquello que te hace sentir mal.

Tú, que te encuentras esperando fuera del local a que me marche, observas con nostalgia mis cristalinas gotas.
En realidad, no impido en absoluto tu paso. Simplemente quieres mirar detenidamente y con tranquilidad. Quieres tomarte el tiempo en ver y recordar.

Tú, que caminas con prisa, solo quieres llegar a casa y gosar cómodamente del paisaje y su simpleza.

Tú, que te encuentras en la cama y solamente escuchas el ruido que provoco en el tejado.
No puedo llegar a ti ni un poco, te encuentras ahí, sin permitirme rozarte.
Ahí, envuelto en sábanas.
Ahí, con dolor en tu alma.
Ahí, mientras flotas en el tiempo de esta triste noche lluviosa. Esperando un nuevo día en el cual te sientas bien, y una nueva noche que no duela.
Una noche en la que puedas abrazar a tu alma rota y no lastime tu cuerpo al hacerlo.
Una noche en la que pueda rozar tus sentimientos y puedas sentirte libre.
Una noche en la que pueda llegar con delicadeza a lo porfundo de tu ser y así poder comprender, cómo a pesar de cada noche sufriendo lentamente en silencio, aún así te agrada. El cómo cada vez que me encuentro cayendo, te transmito un enorme entristecimiento con el cual sientes en ocaciones ahogarte, pero aún así, me aceptas con gusto y deseas que le brinde un abrazo a tu apenas cálido y cansado cuerpo.

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