El tren.

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Una joven se encuentra en la estación del tren, ella está sentada en una banca, mirando a las personas ir y venir y a los trenes pasar sin más. Ella espera, espera a la persona que justamente piensa que es su vida, a un joven. Este es su punto de encuentro y de partida, él se irá a Inglaterra. Ella lo espera, está será su despedida, es quizás para una mejor vida. Eso es lo que ambos piensan. Él llega hacia donde se encuentra ella, la joven se levanta y ambos se abrazan, es un abrazo hermoso, refleja perfectamente lo que el uno por el otro siente. Es un amor tan verdadero, pero ¿acaso alguien sabe si lo es? ¿Acaso alguien sabe qué es? Solo ellos parecen saberlo. Él se separa de ella solo unos centímetros para poder verla, ambos ojos se conectan, ambos se miran, hay algo tan profundo en ellos, es quizás a lo que le llaman amor. Él coloca su mano en su mejilla y la acaricia con leve delicadeza, como si la porcelana más fina estuviera a su cuidado. Ella le sonríe de manera dulce. Él se acerca a ella y le da un beso, un magnífico beso, de esos que parecen nunca acabar, de esos tan dulcemente suaves, sin precisión a nada. Con cariño, reflejando lentamente la necesidad de cada uno. La necesidad del tacto entre ellos. La despedida acaba, el tren ha llegado, y ambos prometen nunca olvidarse, no dejar de amarse. Y juntos, locamente enamorados, se dicen un adiós con una sonrisa en sus labios.

—Volveré —promete el joven.

—Aquí te espero —responde la chica.

El joven se da la vuelta y se dirije hacia el tren para adentrarse a este. Las puertas se cierran. Ya nadie puede salir ni entrar. Él se voltea para poder verla detrás de las puertas del grueso cristal, pensando que al fin cuando él vuelva, ambos podrán crear una vida juntos. El tren camina, el chico se aleja con este, y antes de ya no versen más este susurra algo con sus labios para la chica. Un «te amo» es dirigido hacia ella. El tren sigue en marcha y lo que sigue a continuación deja a las personas aturdidas y sin alguna razón, el tren explota ya lejos. Todos los pasajeros que iban ahí han muerto. La joven observa el panorama atónita, desconcertada. ¿Por qué la vida habría de hacer eso? Nadie sabía que ese era su último ''adiós''. ¿Quién hubiera sabido que el destino tenía otros planes? Al parecer, el propio destino no tenía a ellos juntos escrito. La vida de la chica se le fue arrebatada en este día. La vida misma, cuanto lo quería. Un último beso, un último abrazo y un último y sincero "te amo". ¿Cómo habrían de saber que ese fue su último encuentro? Su última despedida. Ella prometió amarlo, prometió esperarlo, pero lo último es solo una promesa ya incumplida. Él no volverá.

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