La melodía

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In this way de Jacob LaVallee es interpretado por él. Un chico que toca sutilmente la melodía como si sus dedos volarán sobre las teclas del piano. Mientras éstas son tocadas con una elegancia incomprendible y admirada.
Es un deleite para quien lo oye y para quien lo mira a él. Como si fuese un diamante del cual la mirada no puede apartarse. Algo que tus sentidos no puede perderse. Pero se funden ante ello.

Siempre dicen que no todo es lo que se ve. ¿La elegancia qué puede esconder?
A todos le gusta, sin cuestionar absolutamente nada. Solo él sabe lo que en realidad sucede. Una verdad que esconde casi siempre.
Alguien enorme y pequeño a la vez.
Alguien fuerte como una montaña, que a veces se derrumba igual que ésta.

Capa tras capa. Buscando una realidad. Pero, cada capa es real. Aún si él no las acepta. Aún si nadie las conoce.

"Es más llamativo cuando no es siempre bueno. La tentación siempre nos pierde por completo. Aún si lo negamos. En nuestro interior sabemos que nos gusta.
Y una vez que entras, ya es demasiado tarde. Como el tiempo que transita, no puede detenerse.

No puedes tenerme y no puedes detenerte.

Dime, aún si hay sinceridad. Aún si quieres seguir en línea recta.
Hazlo, haz lo posible por sostenerte. Como si estuvieses caminando en una cuerda floja.
Pero sus ojos no dejarán de mirarme.

Aquéllos que aman algo y luego descubren que no es sano. Lo apartan de su vida como algún tipo de estorbo. No pueden ni observarlo, no lo soportan.
Esa es la cara que estaban amando mientras suponían conocerla.

¿Les gusta? Sé que sí, no se dan cuenta de lo que hacen. No pueden parar, quieren deleitarse hasta no poder más. Sin analizar ni pensar. Aún si saben que pierden el tiempo, en realidad, no lo saben por completo.
Después de todo, no hay quejas. La melodía atrapa sus sentidos como un dulce nectar.
¿Esto es algo bueno? No tengo respuesta a ello.
¿Es un castigo? No es algo que pueda responder.
Pero sé, que de alguna manera, no es así como siempre se siente.

Paraíso, dicen ellos. Cegados por la luz, dejándose llevar sin observar, solo mirar.
Y me encanta a mí también. Es como un agradable sueño, del que no puedes despertar. Aún si lo intentas, no importará.
Déjenme llegar. Algunas cosas se pueden sentir más con los ojos cerrados, lo sé, puesto a que cada vez que toco una tecla, ellos cierran sus ojos.
Adelante. Déjenme enseñarles, como mi melodía pueden seguir sin dudar. Como el sonido de mi piano puede hacer a sus corazones palpitar.
Puede convertirse en algo adictivo, pero admito que es mejor que cualquier dulce.
Sintiéndose como una salvación. Que al final de todo, siempre tuvo sabor agridulce.
Se que parezco un ángel, pero no notarás que poco a poco iré arruinandote.
He sido llamado. Así que nota la dulce melodía que estoy tocando. Casi como un camino, el cual es dirigido hacía mí.
He comenzado ya, desde el momento en el que la música comenzó ha sonar.
Sí, probablemente soy una mentira, de esas que no siempre terminan. Volviéndome peligroso. Pero solo un poco. Después de todo, no siempre se pueden negar ante el encanto. Incluyéndome a mí mismo.
Jugando, como si fuese algún tipo de dios.
Atrayendo, como el fruto prohibido.
Activando con mi melodía sus deseos escondidos. Sintiendo la sangre fluir como el río.
Concéntrate, verás que el sonido es tan suave que te eleva, aún si tienes algo de miedo a la altura. No te preocupes, no te resistas, cede y déjate llevar.
Es mucho más difícil si lo niegas.
Así que calma, te ayudaré tocando la melodía perfecta.
Como un placer, el cual no quieres admitir, pero que no puedes eliminar de ti.

Puede que sea dañino, pero, ni yo tengo el control sobre mí mismo.
Sin embargo, no desesperes, puedo ser cálido.

Aunque digas que te perjudico, aunque digas que soy malo. No me puedes olvidar, aún si lo quisieras. No lo podrías lograr.

Pero... todo siempre tiende a acabar. Nadie puede ver el final. Nadie lo puede notar. Solo yo.
Muerto en vida, ese parece ser mi destino.
Ser alguien hueco, vacío.
Aún si sonrío, la falcedad me atraviesa como un frío cuchillo.
Este soy yo, aún si quiero escapar, siempre volveré al mismo lugar.
Aún si las notas suenan sin parar, una vez que me pierda, no las podré escuchar.

¿Existen las respuestas?
¿Alguien puede verme?
¿Alguien puede notarme?
¿Alguien puede... liberarme?

Mi corazón no reacciona, ya no.
La melodía me hacía sentir con algo de vida. Pero ahora que no la siento, ya no hay sentido.
El sonido se entrometia, llenando mi cuerpo. Aún si nunca logré salir, aún si solo sabía caer. La música me sostenía, como un hilo delgado.
Pero, la cuerda del muñeco se ha roto.
He dejado de funcionar. Como un títere que se dejó de usar.
Ya no existe la batería para que mi corazón vuelva y reviva.
Emoción, es algo que he dejado ya.
Lo que dicta el acercamiento de mi final.
No lo imaginé cerca, pero, olvidé que "pronto" podía ser tan lejano como cercano. Y éste, se ha convertido en ahora.

No puedo oír nada y aunque trate de salir de esto, como un juego, al mismo punto de partida llego.
Es algo que deseo, siempre lo he deseado.
Pero esto es lo último.
Como si estuviese encerrado en un cubo, con ganas de gritar, pero eso no hará que la melodía a mi alma vuelva a llegar.
Solo hay silencio y oscuridad.
No sé si moverme y caminar, puesto a que sin camino me he quedado ya.
Ni un solo sonido que me indique algo.
Me está cada vez más atormentando.

Ya no hay ritmo.
Me encuentro como si nublaran mis sentidos.
No importa si lo niego o no, ser arrastrado ante esto es algo que no se puede evitar.
El reloj se ha roto.
Como si ya no hubiese nada más."

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