Un primer beso.

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Parte I.

I.

Estaba sentada afuera de mi casa fumando y viendo la lluvia caer. Pensaba en muchas cosas, tantas, que al mismo tiempo no me concentraba en ninguna. Luego de mirar más allá de la salida, divise una figura, no podía ver exactamente quién era ya que no había mucha luz, la oscuridad estaba llegando. Observo detenidamente y veo entre la lluvia la figura de una chica. Con cada paso se va acercando más, hasta llegar al frente de mí. Es ella.

-¿Por qué fumas? -me pregunta ella algo exaltada. Ella no sabe lo que siento, no sabe lo que pienso.

-No es algo de lo cual te interese - respondo neutra para luego darle una calada a mi cigarrillo.

-¡Que no me importa! ¡¿Qué clase de estupidez estás diciendo?!

-De todas formas moriremos ¿no?

-¿Qué sucede? -me levanto y la observo bien, nunca pensé que la vería llorar, ¿por qué llora? Veo de sus ojos salir lágrimas. A pesar de llevar un abrigo aún hace frío. Estoy de pie en un escalón, por lo tanto no quedo muy bien a su altura.

-"¿Qué sucede?" Por favor, no hagas esa pregunta -digo. Pues la verdad dentro de mi tengo muchos demonios por dejar salir. Y solo quizás, el infierno no quede vacío. Noto que se hace más evidente su llanto, se nota su frustración por sentir algo y guardarlo. Comienza hablar ofuscadamente. Recuesto mi brazo sobre el marco de la puerta, siento el frío que sopla por la lluvia. Ella sigue hablando, desahogandose, tanto que nadie supo lo que iba a pasar. Así de la nada se acerco a mí y me dio un beso, admito que quede algo atónita, sin saber como reaccionar, por lo que no dije nada y actúe como tal.

-Lo siento, lo siento. No sé que pasó en serio -se disculpa continuamente.

No quiero oírla disculparse.

-Ya basta -le digo.

-Lo siento, no sé que me pasa -vuelve a decir. No sé que pasará después de esto, pero quizás algo pasará. Sin más nada que decir la acerco a mí y la beso. Me parece increíble que haga esto pero, joder, se siente bien, se siente en calma. Una calma hermosa, jamás había descubrido un beso así, tal vez porque no probé nunca los labios de ella. Me alejo de ella, solo lo suficiente para poder verla. La llevo adentro de la casa, hace un poco más de calor aquí dentro. La llevo a mi cuarto y nos acostamos, ella se duerme y luego yo le sigo. Antes de dormir me quito el abrigo y me quedo con la blusa negra de tirantes, me quito el pantalón negro y me coloco medias largas negras haciendo que cubran todo rastro de piel hasta llegar a el ruedo de mi short.

II.

Me despierto y observo que ella tiene su brazo en mi abdomen, espero que esto no cambie absolutamente nada.
Me levanto y ella se despierta, aún es tarde, pero ya se detuvo la lluvia y hay algo de luz por la luna.

-Tienes que irte -le digo. Me coloco las tenis para poder dejarla a su casa mientras ella se va despertando poco a poco de lo adormilada.

-Vaya, pero que hermosa pareja - dice burlonamente la rubia de cabello ondulado que aparece por la puerta de mi cuarto.

-¿Qué haces aquí? -pregunto, pues me repugna un poco su presencia. Ya que, sólo con una palabra suya puede revelar más que cualquier cosa. Lo único que hace ella es reír. Agradezco que Hera no pregunte sobre su existencia.

-Vamos -le digo a ella para dejarla a su casa.


Estamos afuera de su casa y Hera se despide amablemente de mí. Sigo el camino de vuelta a la mía con compañía de la rubia.

Vamos pasando por la plaza y de inmediato la rubia llama a un chico, y me doy cuenta que no es  a cualquier chico, llama a mi ex.

-Hola cariño, ¿cómo te llamas? - pregunta ella engreídamente y este no deja la opurtunidad pasar.

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