Short Stories

Under the night

El teléfono no deja de sonar, las notificaciones no dejan de llegar, haciendo que sea molesto.
Así que lo pongo en modo avión solo por un momento.

Estoy solo en la habitación con los ojos cerrados y las luces apagadas.
Me estoy hundiendo cada vez más en el silencio de la oscuridad.
Simplemente esperando. Que en algún momento pase.

A veces suelo sentir que en ocasiones este lugar pierde su luz. Que los días se vuelven oscuros y la calidez desaparece, dejándome con frío.
Y no sé si es interno o externo.

Cuando no conocía a la perfección el calor, tampoco estaba al pendiente del frío.
Pero ahora me encuentro solo, una vez más.

Como si mis manos estuvieran atadas. Me encuentro de esa manera en medio del océano.
Solo observo el cielo.

Cuando habro mis ojos en la oscuridad, mi corazón, como si fuese un ancla, se hunde cada vez más. Hasta quedar sumergido por completo en el agua.

Cuando los rayos de sol cruzan atraves de la ventana, sin percatarme, como si la noche fuese alejada rápidamente, aparezco ante un nuevo día.
Y el mundo regresa a su lugar.

Cuando no conocía el amor, tampoco sabía sobre este sentimiento.
Ahora la oscuridad de la noche se ha vuelto peligrosa para mí.
Incluso cuando enciendo las luces, se vuelve sofocante.
Incluso si enciendo el televisor, aún permanece el silencio.
La energía que habitaba mi cuerpo se está agotando.

He perdido mi rumbo.

Estoy encerrado en la noche, no sé a dónde ir.
Me encuentro bajo el agua de la noche, hundiendome profundamente.