Venganza.

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En estos precisos momentos estaba causándoles dolor a aquellas personas que me molestaron, aquellos que me jodierón. Me causaba placer hacerlo.

—Reaven, ya vasta —dice mi hermano mayor haciendo que ponga un alto a esto. Le sonrío y me detengo. «Si tan solo me hubiera dejado, les hubiera causado dolor hasta desmembrarlos.» Pienso.

—¡REAVEN! ¡SUFICIENTE! —alza la voz y pega su mano contra la pared indicado estar ya molesto, pues leyó mi pensamiento. Lo único que hago es sonreír, me nace hacerlo. Me dirijo hacia el segundo pabellón así dejando a mi hermano votado.

Hermano mayor.

—¿Qué pensó ella? —me dice el chico rubio. ¿Qué persona después de sufrir dolor de semejante magnitud pregunta eso?

—¿Qué clase de pregunta es esa? —le digo indignado y con ganas de estrangularlo. Pues a nadie en su sano juicio se le ocurre preguntar que ideas o pensamientos tan atroces rondan por esa cabeza.

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