Short Stories

La encerrada libertad de Naomi.

Esta es la historia de una mujer, una mujer de cabello azabache y piel oscura. Ojos igual de negros, no comprendo el por qué todo oscuro, tal vez no hay nada que comprender, o quizás, más adelante hayan explicaciones de cosas que posiblemente ni ahora se mencionan. Está mujer, cuyo nombre es Naomi, lleva una vida aparentemente normal desde el punto de los demás. Problemas comunes como cualquier otra persona, dolores mundanos. Todo visto desde tal punto como algo estresadamente normal. Puesto a que Naomi tiene una pareja, su nombre es Derek. Un hombre separado de su ex esposa, con dos hijos, una niña de diez años y un niño de seis años. Ellos lo son todo para Derek y siempre lo serán. Es por supuesto alguien con problemas comunes con su ex esposa. Derek trabaja agotado para poder llegar a satisfacer a sus dos hijos y poderle entregar lo correspondido a Naomi. Nada más. Entre poco amor y más discusiones es a como últimamente vive esta pareja. Asfixiados por los problemas de siempre sin resolver, estos que los acompañan de noche y de día. La paz no es algo que ellos ya logren recordar, después de todo, esto es un rumbo diferente que se está empezando a tomar. Discusiones, frustraciones, el ambiente es tóxico como el humo contaminado al aire, matando poco a poco. Y tan pesado como la gravedad no indicada para los humanos. Cuatro años ya sin cambiar absolutamente nada, al contrario, parece ser que todo está empeorando. Naomi contando sus frustraciones siempre desahogadamente a su familia, diciendo todo lo que le molesta. Pero era tanto para ella, su frustración le era todo un enorme y volcánico desastre. Y de los desastres siempre se obtienen la destrucción, y rara vez, de ellos, la recuperación. Y este, es el punto más cercano a la destrucción. Naomi está muy exhausta ya, y aunque controlarlo debía, ya no se pudo. Y ahora ella se encuentra sola en un cuarto de la cárcel excesivamente segura, mientras fuma un cigarrillo tan tranquila como nunca en su vida. Y luego sonríe, sonríe tan dulcemente como una adolescente cuando recuerda su más agradable recuerdo.
El recuerdo de Naomi sonriendo tan ampliamente como nunca en su vida lo había hecho, un sentimiento de gozo invadiendo su ser la relaja, la hace tan completa y feliz mientras sus manos están completamente teñidas por el vivo rojo carmesí reciente de el puñal grande y reluciente que es sostenido por éstas. Mientras sus ojos oscuros muestran el reflejo de dos cuerpos: uno masculino y el otro femenino. Ambos inertes en el mojado suelo rojo de sangre. Mala idea para la mujer el atreverse a pasar por la casa de su ex marido y su actual mujer, puesto a que ahora esto ha acabado de manera no tan conveniente, almenos no para ella.

-Ahora si se podría decir que nadie los separará. Un "felices por siempre" quizás -espeta Naomi con su semblante relajado.