Prólogo

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Mil setecientos años en el pasado. Cuando el mundo estaba repartido por diferentes razas, entre las cuales estaban los humanos, los demonios, los monstruos y las criaturas. La tierra estaba dividida bajo el dominio de clanes, cada clan manejaba un sector y lo hacía progresar.
Las criaturas, reinaban sobre las montañas y los cielos. Harpías, Dragones, Hipogrifos, Fénix. Luego estaban los mares y océanos, habitados por clanes de: Hipocampos, Sirenas, Krakens, Leviatánes.
Las tierras heladas, fueron para los más fuertes y resistentes, los clanes de vampiros, su sangre fría los volvía inmunes a las altas temperaturas, mientras que los humanos se quedaron con las praderas, como eran una raza débil, que enfermaba y moría fácilmente, se les cedió el suelo más fértil. Las hadas reinaron sobre los bosques, eran seres de incalculable poder, pero carecían de empatía y sociabilidad, pasaban de todo y todos, enfocados en la naturaleza, ignoraban a las demás razas.

Un consejo, formado por un anciano de cada raza, a excepción de la reina de las Hadas, que se presentaba cuando le venía en gana a las tediosas reuniones, y siempre estaba a favor de cualquier cosa que no los involucrara ni molestará. Se encargaba de manejar los conflictos entre los clanes.

Los humanos habían designado a un religioso, para que los representara.
Este hombre, sediento de poder y control, manipuló a los miembros del consejo y logró que el clan más fuerte de humanos, se enfrentará al de vampiros.

Las tierras dónde estaban los vampiros, bordeaban las tierras ocupadas por los humanos, a pesar de tener un suelo fértil, no poseían riquezas como las que había bajo el hielo que cubría las tierras vampiricas.

Motivados por la avaricia. Los humanos empezaron una guerra contra los vampiros.

Las treguas dictadas por el consejo, decían que no podían atacarse, debían compartir la tierra, aceptando el espacio que le correspondía a cada raza.
Sin embargo, las personas en cada pueblo de las fronteras, se levantaron contra los malignos chupa sangre.

Los vampiros bajo el mando de Fugaku Uchiha, fueron acusados de violar la tregua entre razas, de matar familias humanas y arrasar con el ganado. No había pruebas y no hubo un juicio.

Pero estos vampiros, respetaban la tregua, no mataban personas, no cruzaban sus fronteras sin permisos y criaban a su propio ganado para alimentarse. Nunca habían faltado a su palabra. Había humanos viviendo entre ellos. No podían entender estás acusaciones.

Sin el apoyo del consejo, que había sido manipulado por el sacerdote humano, Danzo Shimura. Los vampiros del clan Uchiha fueron condenados.

El clan de Hizashi Hyuga , líder de los humanos, irrumpió en las aldeas que rodeaban el bosque nevado bajo el dominio de Fugaku, masacró y sembró el caos. Antes de que los Uchiha pudieran detenerlo. Para ese momento, la guerra se había desatado y el acuerdo que Fugaku respetaba y honrraba, estaba roto. Su clan fue diezmado.

Huyendo herido a las profundidades del bosque, logró poner a salvo a unos pocos vampiros sobrevivientes, incluyendo a su familia.

Mikoto estaba a punto de tener a sus hijos, sus demás herederos eran aún muy jóvenes.

Fugaku tomó a su hijo mayor y lo saco fuera de la cueva. Madara sostenía un puñal ensangrentado. Había matado a un venado para que su madre tenga fuerza suficiente para escapar.

-Promete que cuidarás del clan. Por tu sangre, corre la sangre de los elegidos. Somos la realeza, descendemos del primer vampiro, su legado está en cada uno de tus hermanos, y por sobre todo en ti, mí primogénito.Vas a cuidar de tu gente, protege al clan, protege a tus hermanos.- Fugaku escupió sangre, mientras las heridas de su cuerpo, provocadas por lanzas bendecidas se negaban a cerrarse.

Novia Regalo - Saku-harén 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora