31- Dulce Despertar. 🔞

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Fueron cuatro días de fiebre intensa, luego su cuerpo empezó a sufrir los cambios normales de su transformación.

La descendencia Ninfa en su sangre, la volvía más fuerte que un humano común. La idea de Sasuke, de meterla en la cámara para que soportará la fiebre más fácil, había sido de ayuda, incluso podía ayudar a futuro en los nuevos humanos que quisieran unirse al clan.

Una vez que su cuerpo dejó arder, la movieron a su habitación. Parecía una princesa. No. Una Reina.
Entraban y salían asegurándose de que estuviera cómoda. De que la temperatura de la habitación fuera adecuada, por un par de años su cuerpo todavía registraría la temperatura. Pasado ese tiempo, no tendría ningún problema, nunca más dolores, nunca más enfermedades.

"¿Cómo estás cariño?" Madara estaba en su mente.

Saku se desperezó y se sentó en la cama.

"Me siento ansiosa" Murmuró.

"Creo que es hora de despertar" dijo el Vampiro.

"¿Ahora?" Sus nervios empezaron a filtrarse a Obito, quién estaba a su lado en la cama.

—No tengas miedo muñeca, estamos deseando mostrarte tu nueva vida.— susurró en su oído.

—Sus latidos se aceleran. Saku... Abre tus ojos linda.— pidió Itachi, de pie junto a Madara, quién seguía en su mente.

"Están todos... Y me llaman..." Mascullo. Se sentía tímida.

"Todo saldrá bien nena, estás lista." Dijo Sasuke entrando en su mente con una sonrisa enorme.

—Vuelve Saku, te extrañamos.— dijo Izuna sin necesidad de entrar en su cabeza. No era tan atrevido como su hermano menor. Una cosa era hacerlo cuando ella lo necesitaba, otra muy distinta invadirla porque si.
Pero Sasuke era un caso pérdido. Seguramente Saku lo pondría en vereda rápidamente.

Shisui revisaba sus signos.
Los párpados de Saku se levantaron suavemente.
Habían bajado las luces para que no molestará su vista, ya que los sentidos vampíricos eran más agudos.
—Bienvenida preciosa.— le dijo en cuánto ella fijo sus ojos en él.

Un suspiro de alivio recorrió entre los demás.
Por fin estaba consiente.

—¡Te vez radiante!—Afirmó Obito. Tras besarle la coronilla y ayudarle a sentarse contra las almohadas que reposaba en el cabecero de la enorme cama con dosel.

El fino cortinado de gasa tenía enormes moños rojos en las puntas y la tela que caía era casi transparente.

—¿Estoy en una nueva habitación?— preguntó con sorpresa.

—No. Solo cambiamos la cama y el decorado.— explicó Izuna.

—Pero puedes volver a cambiarlo si no te agrada.— agregó Madara.

Sakura noto que había muchos detalles de su antigua vida. Un librero que se parecía al que tuvo en casa de Tsunade cuando era una niña, incluso los libros que había le parecían familiares, una silla junto a la ventana sobre la que resaltaba un almohadón que también le resultaba familiar.

—Esas... ¿Esas son mis antiguas cosas?— murmuró con sorpresa.

—De hecho, las mandamos a hacer, son réplicas de cosas que vimos en tu mente. — dijo Sasuke— queríamos que te sientas en casa.— hizo un ademán de restarle importancia. Pero para Saku era muy especial y muy importante.

—Cuando huí, dejé todo atrás, tenía miedo, no podía recordar nada pero mí mente me empuja a alejarme. Sabía que alguien, un Él, trataba de lastimarme, sabía que iría tras mis seres queridos si yo regresaba. Solo corrí, cada vez más lejos. Nunca pensé que podría recuperar nada de lo que deje atrás.— un mohín se formó en sus labios y tras sorber por la nariz, sollozo.

Novia Regalo - Saku-harén 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora