Capítulo Especial: ¿Hamburguesa o Malteada de Hemoglobina?

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Un nuevo, siglo, nuevos desafios.
La vida de Sakura Uchiha, era tan entretenida con sus seis esposos y sus tres hijos, que no podía aburrirse jamas.

El silencio seguía sin ser algo bueno.
Sobre todo, porque a medida que crecían, las gemelas se ponían más ocurrentes con respecto a sus juegos. Los inventos, diseñados, y supervisados por Shinki, su hermano pequeño, pero aún más revoltoso que ellas, eran cada vez más grandes.

Durante la última travesura, habían destruido por completo dos de las habitaciones de la planta alta.

El daño era tal que Madara, Itachi y Obito anularon el área y lo acordonaron. Hasta que decidieran que hacer con ello.
Habían pasado setenta años y el final del pasillo donde se hallaban ambas habitaciones seguía inhabilitado y para variar, sin ser reparado, o demolido por completo.

Sakura suspiró, eso era habitual, los hombres, ya fueran humanos, cambiaformas, demonios, vampiros o hadas, todos eran iguales. Decían lo reparo el fin de semana, pero no te aclaraban de que mes, año o en este caso... siglo.
Era una ruleta rusa, podía ser cualquier maldito fin de semana. Entre hoy y la eternidad.

"¿Porqué estás enojada?"
La pregunta mental le llegó de sorpresa. La voz de Madara, era precavida, casi que parecía temeroso de preguntar.

"¿Cómo sabes que estoy molesta?" Que le respondan con otra pregunta, era algo que realmente irritaba al jefe del clan. Y Saku sabía que botones tocar cuando estaba cabreada con sus esposos.
Y estaba bastante cabreada en ese momento.

"Obito, estaba cerca y percibió cierto estado de ánimo tuyo, amor. Me dijo que te pregunté si todo estaba bien..."

—¡Argh! ¡ESE IDIOTA!— resoplo. "¿Por qué no vino a preguntarme en persona lo que me está molestando?" 

Madara, sabiamente guardo silencio. Responder que preferían conservar sus pelotas antes que enfrentar su ira no era una buena idea.

No hacía mucho que ella había manifestado sus primeros dones. Fue prácticamente durante el embarazo de Shinki.
Los chicos habían llevado su sobreprotección a un nivel que la obligó a desarrollar dones de defensa.
Todos quedaron sin palabras cuando literalmente congelo a Shisui. Parecía una estatua, detenido por completo, él y su condena niebla.
Se había aterrado, y no sabía cómo revertirlo. Asi que con la ayuda de Hotaru, rastrearon ese tipo de poder hasta Naori Uchiha, una tía por parte de Fugaku. La vampira, que era casi tan antigua como Hotaru, aún vivía y formaba parte de un clan que estaba en Sudamérica. Con una simple llamada, le explicó todo sobre su reciente don y como controlarlo. Descubrió que detener el tiempo no era lo único que podía hacer. Acelerar y desacelerar moléculas era parte del paquete.
Para probarlo, le quemó las cejas y las pestañas a Obito, mientras esté trataba de espiarla, volvieron a crecer, pero durante un buen tiempo, tuvo que usar su propio don para fingir que tenía cejas. Sus hermanos nunca se habían burlado tanto. Por supuesto hay registros fotográficos cortesía de los gemelos.
Quemarles el trasero, o congelarlos era una buena forma de defenderse de seis esposos acosadores.
Sakura adoraba sus dones.

Espero una respuesta de Madara, que nunca llegó. El silencio mental fue demasiado largo.

Cuando sus esposos doblaron en el pasillo y se acercaron con ambas manos en alto. Su enojo fue reemplazado por una suave risa, cuando ella se enojaba, el castillo temblaba y sus esposos se chocaban unos con otros para tratar de complacerla.

—Nena, venimos en paz...— se victimizo Obito.— Quiero conservar mí cabello.
Madara le gruñó antes de darle un codazo.

—¿Podemos saber qué te puso de mal humor?— consultó el mayor.

Novia Regalo - Saku-harén 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora