Novia Regalo - Saku-harén 🔞

28- Todos juntos.

—De verdad lo lamento, creo que una parte de mí siempre supo que nunca me ibas a corresponder, pero no podía dejar de intentarlo, ya sabés... el que abandona no tiene premio.— dijo Fu coqueta.

Izuna negó entre risas, al final en la última semana que habían pasado juntos, sintió que recuperaba a esa vieja amiga que recordaba, de cuando eran niños y si bien le faltaba su hermano para divertirse, con el hada había logrado que la semana no se le hiciera tan tediosa.

—Bueno al menos evitamos una guerra entre nuestras razas— espetó serio mirando a Shion.

—Oh estoy segura que tu hermano hubiera hecho rodar nuestras cabezas si algo te sucedía.— afirmó la Reina con una sonrisa en su rostro.
Era sin dudas, una mujer hermosa, incluso su sobrina era muy bella, pero el corazón de Izuna ya tenía una dueña.
Una que estaba esperando por él. No veía la hora de volver para poder reunirse con sus hermanos  y juntos despertar a Saku.

Había estado hablando largo y tendido con Sasuke sobre los planes que tenían.
Su pequeño y listo hermano gemelo, había irrumpido en la mente de Neji durante la pelea que tuvieron en la Gran Ciudad, consiguiendo descubrir lo necesario para quitar el bloqueo mental que el demonio le había puesto.

Era una llave de sangre.
Si Neji se hubiera llevado el cuerpo de Mebuki, no hubieran tenido posibilidad de quitar el bloqueo. Sasuke adivino las intenciones del Demonio y ordenó a Obito transportar el cadáver antes de que Neji lo consiguiera.

Había sido tan rápido. Tan listo, estaba orgulloso de él. 

—Asegúrate de decirle a tu hermano que no use tanta niebla, siempre nos gusta pasear por sus bosques están llenos de vida y puede que quiera visitarte en el futuro, tal vez conocer a esa humana que los tiene tan enamorados...— mascullo Fu.

— Asegúrate de que no sea muy rápido, he pasado bastantes días cerca tuyo como para querer aguantarte tan pronto.— se burló el Uchiha.

— Imagino que el odioso va a acaparar toda tu atención. Asegúrate de enviarle mis saludos. — Fu sobrevoló por encima de Izuna y lo cubrió con polvo de hadas. A diferencia de las creencias humanas sobre poder volar y toda esa cosa mágica, el polvo de Hadas daba comezón. Y dejaba un brillo satinado por dónde caía.

—¡Maldita sea Fu, no hagas eso!. ¡Diablos ahora estoy todo lleno de purpurina!— se quejó el vampiro.

—No es purpurina imbécil, es un regalo para el viaje.— con un guiño se despidió riendo de su última travesura.

Izuna atravesó el portal y apareció en el mismo claro donde habían encontrado a Fu el día de la cita.

Itachi y Sasuke estaban esperándolo con una sonrisa enorme.
Los gemelos se fundieron en un abrazo mientras que Itachi murmuraba que debían darse prisa y regresar al Castillo.

—¡Mierda! Esa jodida Hada te dejó hecho un asco.— se burló Sasuke.

—Si, bueno, te envío saludos también, y ahora que te veo, está cosa se pegó a tu ropa también. — murmuró Izuna.
Sasuke se miró y confirmó que estaba cubierto de brillo al igual que su hermano.

—Te extrañe, estaba preocupado por ti, pero no te me acerques hasta que te hayas dado un ducha.— dijo Itachi, alzando sus manos y dando unos pasos hacia atrás.

—Si... Claro...— mascullo Izuna, los gemelos tuvieron sus ojos rojos por una fracción de segundo.
—No lo creo— soltaron al mismo tiempo. Y ambos desaparecieron y aparecieron sobre Itachi.

Cayeron al suelo del bosque, en una gracioso enredo de piernas y brazos.

—¡Nooo! ¡Malditos críos! — se quejó el mayor, en vano.
Izuna y Sasuke lo tenían rodeado y cubierto de brillo en segundos.— ¿Por qué aún no los he matado?— se quejó.