12- Ansiedad y sed.

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Dormir, estaba resultando una tarea imposible.

Los gemelos estaban ansiosos, sentían que su sangre se agitaba en sus venas, como si no se hubieran alimentado por meses.

Izuna escuchaba música mientras pensaba, que con la llegada de Sakura, muchas cosas iban a cambiar, iban a mejorar. Al menos eso esperaba.

-Siento el cuerpo inquieto.- resoplo Sasuke mientras dejaba sus auriculares a un lado y giraba en la cama para ver a su gemelo hacer lo mismo en la esquina opuesta de la enorme habitación. Podían tener cuartos separados, pero eran como siameses, a menudo sus hermanos los molestaban por eso. Ya no prestaban atención a las puyas, ellos simplemente no podían estar uno sin el otro. Claro que había momentos en los que buscaban intimidad, pero para ser realistas, eran pocos. No había casi nada que no hicieran juntos. Si, incluso el baño era compartido. Mientras Izuna estaba abandonando la ducha, era normal ver a Sasuke entrando, ya ni el agua dejaba de correr, solo cambiaban lugares. O mientras uno se peinaba el otro se lavaba los dientes a su lado. Por eso la habitación y el baño de los gemelos eran los sitios más amplios del Castillo.

-No puedo ayudarte con eso hermanito- se mofó Izuna.

-No seas idiota. Lo digo enserio. No sé que me pasa. Estoy inquieto.- insistió el menor con fastidio.

- Tal vez debas encerrarte en el baño, ya sabes, atender tus inquietudes- Izuna agitó la mano en el aire, como diciendo "Ve y haz algo que no involucre molestarme", luego dejo su celular sobre la mesa de luz. Y se sentó con las piernas cruzadas. Quizá meditar le permitiera relajarse, porque él también se sentía muy molesto.

-No. Vas. A. Jodidamente. Meditar.- Sasuke se puso furioso.

-Shhh. Me ayuda a relajarme. Podrías probarlo.- espetó Izuna. Antes de ser golpeado por un almohadón en medio del rostro. Sasuke no tenía la paciencia necesaria para la meditación. Abrió un ojo y gruñó un furioso "Madura". Antes de regresar a su estado de calma.

-Ni lo sueñes. Es un tedio.- Se quejó Sasuke, luego tomó otro proyectil de su cama y lo arrojó. Seguido por otro y otro. Hasta que ya no tenía más almohadas ni almohadones para bombardear a su pacifico hermano.

-¿Que sugieres?- soltó furioso mientras levitaba cada objeto previamente arrojado, de regreso a su sitio. No hace falta decir que Izuna, era el gemelo ordenado.

-Vamos al bosque. Quiero correr un poco.- insistió Sasuke, poniéndose de pie y buscando sus zapatillas.

-¡Santo Dios. Eres insoportable!- respondió el mayor, pero procedió a ponerse sus propios borcegos y tomó una sudadera limpia de su armario. Si. Sasuke estaba inquieto, él también se sentía así, aunque meditara el resto de la noche, sabía que no iba a relajarse. Lo que les pasaba era extrañó. Y no era esa cosa de gemelos, dónde uno le contagiaba su estado de ánimo al otro.

Sasuke sonreía sabiendo que donde fuera, su gemelo lo seguiría.

Desde siempre, habían compartido esa conexión. Y solo se hacía más fuerte con el paso del tiempo, eran como un mismo ser, dividido. Shisui se divertía mucho haciendo experimentos con ellos desde que eran pequeños. ¿Cuánto tardaban en encontrarse dentro de los laberintos subterráneos?. ¿Cuál era más rápido?. ¿Cuánto tiempo podían estar lejos uno del otro?, ¿cuál era el rango de comunicación mental que poseían?. Todo lo que fuera un desafío, Shisui lo había probado en ellos dos.

Salieron de la habitación con la intención de recorrer el bosque, quemar un poco de energía, hacer algo que les despejará la mente. Pero se cruzaron con Itachi en la escalera que conducía al salón.

-Deja vú- soltó Itachi- Deberían estar durmiendo.- mascullo, se pasó una mano por el rostro, frustrado y desvelado.

Esa escena en particular era el tormento personal de Itachi. Desde siempre. Parecía ser el hermano designado a encontrarse con los gemelos escapistas. Claro que ya no necesitaban supervisión de nadie. Podían cuidarse solos desde hacía un milenio, pero cuando eran pequeños granos en el culo de todos los adultos o jóvenes mayores, ahí si que le tocaba estar detrás del dúo problemas. Y curiosamente, siempre era él quien los descubría en sus fugas nocturnas fuera del refugió.

Novia Regalo - Saku-harén 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora