2- La idea de Obito.

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La fiesta en el pueblo acabó con dos gemelos compartiendo a una bella rubia, la seductora adolescente, trabajaba medio tiempo en una tienda de ropa deportiva en el centro comercial. Tanto Izuna, como Sasuke, la conocían desde la preparatoria, si, a veces les gustaba fingir que eran jóvenes estudiantes, sobre todo cuando pasaban un par de siglos y se aburrían de todo. Era divertido fingir que solo tenían dieciocho años, y venían de lejos, a vivir con su tío, dueño de la empresa eléctrica de la ciudad.

Shion, siempre les estaba coqueteando. Asi que no tuvieron reparo y se lanzaron por ella. Era muy difícil que los gemelos hagan algo por separado. Las jóvenes de la Ciudad, pronto aprendieron que si querían a uno debían aceptar al otro. Curiosamente, nunca se negaban. Estaban más que encantadas de llevárselos a la cama. El problema era que ambos se alimentaban de la misma mujer, dejándola más exhausta de lo normal. Por el lugar, se rumoreaba que eran insaciables y las mujeres quedaban cansadas debido a los encuentros sexuales que tenían con ellos. Parte de eso era cierto. Los gemelos eran implacables. Pero la causa por la que dejaban a las mujeres sin fuerza para salir de la cama, era que les secaban las venas.

Obito se aseguraba de que no drenaran por completo a ninguna de las afortunadas, era normal que se dejarán llevar, después de todo eran jóvenes. Siempre revisaba a la conquista, para asegurarse de que estaba debilitada pero viva, antes de regresar al Castillo.

Después de asegurarse que los gemelos estaban entretenidos, decidió jugar un poco con Rin, una mujer que lo volvía loco. Era mayor, al menos cincuenta años humanos, pero estaba muy bien conservada, daba clases de zumba en un centro cultural a pocas manzanas de la comisaría. Era divorciada, su ex marido, Kakashi, era el jefe de la policía. Resultaba ser un grano en el culo para las travesuras de los gemelos. Y tenía cierta aversión para con Obito. Probablemente porque se follaba a su ex mujer, de la que seguía profundamente enamorado.

La ciudad no era enorme, sin embargo tenía todo lo que podías necesitar para que tu vida fuera feliz y completa. Casino, hospital, escuelas, un jodido Shopping con paseo de compras, museo, plazas y parques. Los Uchiha se ocupaban de hacer cuantiosas donaciones al ayuntamiento para que el pueblo progrese.
Cómo dueños de la represa y la planta de energía eléctrica, eran la familia más poderosa en el lugar. Pero les gustaba mezclarse con los humanos y eran realmente muy queridos por ellos.

Apenas lo vio paseando por los puestos de comida y adornos artesanales, Rin, corrió hasta él y se colgó de su brazo. Los comentarios de las personas del pueblo se hacían eco entre el ruido de la música y el baile.
Susurros sobre lo aprovechada que era la veterana, tratando de conquistar a un hombre más joven.

Obito parecía tener no más de veinticinco. Eso era lo que aparentaba físicamente. Podía cambiar sus rasgos con el paso del tiempo, para simular vejez frente a los humanos, pero la verdad era que su madurez se había estancado ahí. Los entrañables veinticinco años. Llevo a la mujer hasta un hotel lujoso, dónde pasarían la noche. Su sangre dulce y tibia se derramaria por su boca. Luego él borraría esos recuerdos. Dejando solo el placer compartido.

Aterrizaron en casa casi al amanecer. Llenos de vigor, los gemelos decidieron patrullar por los bosques, juntos. Obito prefirió revisar los animales antes de ir a descansar.

Por la mañana, se reunieron en el salón principal.
Obito tenía una idea que compartir con todos.
Ya no podía esperar. Lo habían hablado hacía un par de siglos y todos creyeron que era una gran idea. Luego nunca se concretó, pero ahora, gracias a una extraña empresa, podrían. Había realizado las averiguaciones pertinentes, y estaba seguro de que era de confianza.

Estaban desayunando cuando Obito, soltó la bomba.

-¡¿Una novia regalo?!- Shisui se cruzó de brazos y negó enfáticamente.

Novia Regalo - Saku-harén 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora