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WANDA

Hacía siete años que vivíamos en esa casa en el campo junto con los mellizos de tres años, Emma de siete y Visión. Nos habíamos aislado de todos ni bien supe que estaba embarazada de Emma, nuestra primera hija, porque no queríamos sufrir lo que los demás vengadores, queríamos que nuestros hijos crecieran sin todo ese ambiente.

Pero un día, mientras con Emma levantábamos unos útiles del pasto que habíamos usado porque estaba ayudándola a estudiar, apareció un auto y de él salieron Steve, Tony y Clint.

Instintivamente me puse frente a Emma y con mis poderes cerré la puerta de la casa.

- Mamá... Qué pasa? -preguntó mi hija.

- Nada, cielo, esperá acá, no te muevas.

Me adelanté hacia el auto.

- Hola, Wanda, cómo estás? Tanto tiempo pasó desde la última vez que nos vimos... Por qué no te volviste a contactar? -inquirió Steve y extendió su mano hacia mí.

- La última vez que nos vimos mataron a mi hermano, así que no tengo muchos buenos recuerdos -respondí sin ganas de socializar.

- Y esta princesa, cómo se llama? -preguntó Tony mirando a mi hija.

Emma lo miró asustada, no estaba acostumbrada a hablar con extraños.

- Qué carajos querés? -pregunté.

- Necesitamos tu ayuda en una misión -dijo Steve.

- Ni lo sueñen, no vuelvo a trabajar de esa manera con ustedes.

- Wanda... -comenzó Tony pero yo ya estaba dirigiendo a mi hija hacia la casa-. Podés llegar a perder a tu familia.

Entonces frené. Mi hija me miró asustada sin entender qué pasaba.

- Andá adentro, amor, yo ahora vuelvo.

Sin decir más nada, cerré la puerta y volé hacia Tony.

- Cómo que puedo perder a mi familia?

- Thanos... Está buscando las gemas, de las que usaron con tu poder, la de la magia del caos y otras más. Si las consigue, la mitad del universo va a desaparecer.

- Y con ellos también te referís a mis nenes...

- Tenés más?

- Tengo tres.

- Justamente, si nos ayudás vas a ayudarlo a ellos también.

- Qué necesitan?

- Queremos que vengas con nosotros a la misión. También Visión... Los necesitamos -dijo Tony.

- Y con quién dejamos a nuestros hijos?

- Pueden quedarse en la Base, siempre va a haber gente que pueda mantenerlos más a salvo de lo que van a estar acá.

- Quiero hablarlo primero.

- Está bien, cualquier cosa llamame -dijo Steve dándome un papel con su número.

- Está bien.

Saludaron con la mano y se fueron. Entré a la casa, ni bien abrí la puerta vi a mi hija que había estado escuchándonos.

- Perdón... Yo no quería escuchar... Pero parecía algo tan serio e importante... -dijo.

- Esta bien, amor, no pasa nada.

La alcé, fuimos a la cocina donde estaban los mellizos en sus sillas y Visión dándoles de comer.

- Quiénes eran? -preguntó mi esposo.

El comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora